La voz de Ana Tijoux: Memoria y sensibilidad social

“Creo en lo imposible, que la locura más cuerda es buscar cómo ser libre”

Anamaria Tijoux

 

Quiero empezar con una pregunta: ¿Qué es la voz?

Si la buscamos en el diccionario, nos dice que es el sonido emitido por la vibración de nuestras cuerdas vocales; y sí, pero a mí me gusta encontrar el significado profundo de las cosas.

La voz es nuestra ritmicidad propia, compañera para charlar en días de soledad, una herramienta de creación poética, musical, teatral y cinematográfica; es sanadora porque hay palabras y cantos que curan y abrazan. La voz es todas nuestras emociones y experiencias. Desde el chillido del nacimiento, los regaños de mamá, los recitales de la escuela y los deseos de cada fin de año, hasta el mejor discurso político, los freestyles de los barrios, las risas de las abuelas y las insignias de todas las protestas del mundo proclamando por la vida. La voz revive lugares y personas, encuentra justicia y calma; enamora. La voz reivindica y exige derechos. Es uno de nuestros poderes y no necesariamente sale de nuestras cuerdas vocales.

Cada persona en cualquier parte del globo, tiene algo que decir y muchas veces cuesta sacar eso que tenemos dentro: la voz.

“Sacar la voz que estaba muerta y hacerla orquesta”, es un fragmento de la canción Sacar la Voz de la rapera Anamaria Tijoux Merino, y que expresa justamente el papel de nuestra palabra.

A ella la escucho desde que estaba en el quinto semestre de la universidad, un momento de cambio político para mí, y que elegí para reabrir este espacio porque su música se ha acoplado nuevamente con mi experiencia personal de este momento. Cantante, rapera, compositora y escritora franco-chilena, conocida en el mundo artístico como Ana Tijoux, hermosa y fuerte, sensible ante las barbaridades del mundo, participe con su arte en las luchas estudiantiles, sociales y de género, y por ende inspiración de muchas y muchos. Una madre con días difíciles como cada una de nosotras. Una mujer ferviente, con letras que me han llevado a la reflexión y fortaleza.

“Sacar la voz, no estoy sola, estoy conmigo.”

Se habla de la desigualdad económica, segregación urbana y depredación de recursos naturales; de la dictadura del consumo, la doctrina del shock, discriminación racial e inmigración; y por otro lado de la identidad, emancipación política, participación, solidaridad social y empoderamiento; la muerte, el crecimiento y la familia; se habla de resistencia y amor, de la vida.

Ana, nacida un 12 de junio del año 1977 en la ciudad francesa de Lille, a causa del exilio de sus padres en Chile por el golpe de estado de 1973, nos relata en sus canciones todos estas realidades y sentires tan personales y colectivos, con una voz sólida fusionando el rap con sonidos de jazz, soul, trip hop, canción de autor y ritmos latinos, entre otros.

La canción 1977, integrada en el álbum con el mismo nombre, es una autobiografía poética, donde nos expresa parte de su camino de niñez y adolescencia que la hizo encontrar el rap y los procesos complejos que tiene la vida. Crecer y aprender.

Tengo aún muy vivos los recuerdos de los años 2013 y 2014, donde siendo estudiante empecé a comprender que hay un uso constante de violencia y omisión hacia nuestros derechos, no solo como estudiantes sino como personas. Participé en ese entonces en un movimiento estudiantil que me enseñó a realzar mi panorama y entender cómo este modelo capitalista, colonial, racista, patriarcal y ecocida es un sistema de opresiones en múltiples formas, que atenta contra las personas y sus cuerpos, los pueblos y sus cosmovisiones, las faunas y sus ecosistemas. Obligándonos muchas veces a gestionar nuestro tiempo y espacio de formas complejas. Clasifica de forma racial y étnica, condiciona nuestras formas de vestir, desplaza, despoja y extermina. Y esto es simplemente, devastador.

“Soñamos en grande que se caiga el imperio, lo gritamos alto, no queda más remedio, esto no es utopía, es alegre rebeldía del baile de los que sobran, de la danza tuya y mía, levantarnos para decir ya basta.”

Ana me acompañó en todo ese proceso de shock y autocrítica, con sus letras y voz que estuvieron allí dándome tonos de motivación; la euforia que gritábamos por un cambio y también el cobijo e inspiración para muchas de nosotras con temas como Antipatriarca y Mi Verdad.

“No sumisa ni obediente, mujer fuerte, insurgente, independiente y valiente, romper la cadena de lo indiferente.”

Tijoux siempre ha apoyado las causas sociales, hizo los temas Rebelión de Octubre y Cacerolazo, en homenaje a cada estudiante, trabajador y madre que ha alzado la voz por un mundo más justo y digno, a todos los caídos y heridos en la primera línea. Haciendo referencia especial al estallido social en Chile el 18 de octubre de 2019 en contra del gobierno de Sebastián Piñera. La voz de Ana busca transmitir esperanza a toda Latinoamérica y a cada ciudad del mundo que se encuentra luchando por la vida.

Junto a otros artistas ha hecho conciertos y campañas en redes sociales en solidaridad con el pueblo de Palestina. La voz también une, edifica e inmortaliza.

“Nos divide la cordillera, nos une la lucha”, dijo Anamaría.

 

Cuando veo tantas imágenes apocalípticas de dolor, sangre y sufrimiento, algo dentro de mí se rompe. Hay un malestar colectivo, pero no suficiente; hay rabia y lágrimas al ver a través de las pantallas a un pueblo sitiado viviendo un genocidio; observando el silencio social y la complicidad de los medios internacionales que minimizan la devastación; hay indignación pero por otra parte los actos que podemos hacer son limitados y eso me deja una sensación de indiferencia, aunque no sea así. Pero ¿qué podemos hacer? ¿Cómo impulsar la reflexión y articulación colectiva sólida?

#YoTeQuieroLibrePalestina

Anita, como también es conocida, comenzó haciendo freestyle y estuvo en dos agrupaciones de rap, Los Gemelos y Makiza, antes de consolidarse como solista. Sus colaboraciones han sido muchas: Jorge Drexler, Hardatoj, Solo di Medina, Portavoz, Shadia Mansour, Julieta Venegas, Pablo Chill-e, Inti-Illimani y Aerstame, son solo algunos artistas.

Su voz ha estado presente en series como Breaking Bad, El Reemplazante y La Jauría.

Una mujer que admiro por su singularidad, destreza musical y por sus letras llenas de resistencia que se han unido en muchas etapas de mi vida.

Hace poco más de un año dio a luz a su primer libro titulado Sacar la Voz, un nombre cercano para ella y preciso, a mi parecer, para los textos autobiográficos que contiene, con tinta de identidad, memoria y emociones cruzadas.

Ana es una gran artista y sé, aunque no he cruzado palabra con ella, que como yo y muchas personas, ha pasado experiencias dolorosas, incómodas y absurdas, altibajos, ansiedades y duelos; las vicisitudes del día a día. Reírte mucho por un lado y sentir tanta desolación por otro, como lo dijo ella en alguna de sus entrevistas. Pienso por eso que la voz siempre tendrá una labor importante que hace resimbolizar muchas de estas experiencias. Escupir lo que sentimos, escupirlo en poesía, canciones, fotos, pintura, discursos, charlas, cartas o viajes. La voz auto sabotea o revive, y seguramente estaremos en ambas constantemente, pero es una forma de observarnos y conocernos.

Es la mirada que uno tiene con el mundo.

“Tocar en vivo es lo que más me encanta”, dijo Anita en una entrevista, imagino que sentir toda la energía de las voces coreando tus canciones ha de ser sublime.

Después de muchos años sin sacar un álbum, Ana vuelve con Vida, un disco con 15 canciones que forman un resurgimiento tremendo, cantándole a la existencia propia, a lo simple que tenemos frente a nosotros, a la belleza sin ningún filtro, a la justicia que nos deben de tantos años, a la búsqueda de lo que nos han arrebatado y queremos abrazar, a la familia que es nuestro hogar, lugar de anécdotas y contenciones. Conmemora a la vida y pregunta cómo queremos caminar en ella. Canta sobre el dolor frente a la muerte y el renacimiento que surge, la voz de la alegría sin pensar tanto, de nuestro cuerpo para cuidarlo, del espíritu que se enciende con beats tan poderosos.

Y lo dijo Ana Tijoux: “La esperanza es lo último que voy a quebrar.”

 

Agradecida por poder volver a sacar mi voz en estas líneas; también estuve ausente, pero uno resurge y la mirada es distinta.

Cree en ti y en tu voz.

Gracias, Ana.

Álbums:

Kaos (2007) 

1977 (2010)

La Bala (2011)

Vengo (2014) 

Vida (2024)

Spotify https://open.spotify.com/intl-es/artist/40JMTpVRUw90SrN4pFA6Mz

Instagram https://www.instagram.com/anatijoux/?hl=es-la

Libro https://www.amazon.com.mx/Sacar-voz-Ana-Tijoux-ebook/dp/B0C31SM4CT

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