In the Court of the Crimson King, el legado
Corría la segunda mitad de la década de los 60 en Reino Unido. En aquel momento era la capital cultural en Europa; las industrias de la moda, la música y la plástica, estaban dominadas por los artistas británicos. Mientras, del otro lado del mundo, la beatlemanía permeaba en la sociedad estadounidense de manera profunda, opacando el fenómeno Elvis y el sonido clásico de artistas como Chuck Berry o Little Richards, pertenecientes a esa raíz cultural y social de donde había nacido el género que conocemos como Rock & Roll.
El 5 de Julio de 1969 se celebró el festival The Stones in the Park, dentro de las inmediaciones del Hyde Park en Londres, un festival gratuito encabezado por The Rolling Stones donde presentarían a su nuevo guitarrista, Mick Tylor, un par de días después del lamentable fallecimiento en extrañas circunstancias de Brian Jones.
The Stones in the Park fue probablemente uno de los festivales más importantes de la historia de Reino Unido, ya que, además de haber sido uno de los conciertos más multitudinarios de los mismos Rolling Stones, fue la primera vez que el gran público conoció a unos jóvenes King Crimson.
Aunque el festival en Hyde Park se dio en 1969, King Crimson se había ensamblado formalmente un año antes, en 1968 en Londres, liderados por Greg Lake (1947–2016) y Robert Fripp (1946).
King Crimson representaba a una nueva generación de músicos británicos que querían trabajar su música de forma distinta a bandas ya consagradas como los mismos Rolling Stones o The Beatles, aunque para finales de los 60, ambas bandas publicaron sus mejores trabajos creativos, nunca fueron grandes virtuosos y algunas veces ni siquiera grandes músicos, como el mismo Ringo Starr.
A pesar de que a veces podemos notar cierta conexión parcial entre ambas generaciones de músicos, ya que tienen ciertas interconexiones sonoras como podría ser el primer álbum de Pink Floyd, The Piper at the Gates of Down, lanzado en 1967, que ya tenía ciertos destellos de lo que sería el Rock Progresivo más adelante. Realmente, las generaciones de The Beatles y los Rolling Stones son diferentes a la de King Crimson ya que son histórica y socialmente inconexas.
Cuando The Beatles y The Rolling Stones consagraron su fama a principios de los 60, mientras se respiraban aires de un supuesto cambio positivo en el mundo occidental, liderado por Estados Unidos que venía victorioso de la Segunda Guerra Mundial. Mientras, la influencia cultural de la Unión Soviética permeaba principalmente en la Europa Oriental, occidente formó su propio bloque cultural con los países de la Europa Occidental.
En cambio, King Crimson se formó durante la segunda mitad de la década de los años 60, cuando el mundo veía en Estados Unidos algunos sucesos impactantes como el asesinato a tiros de la activista y ama de casa Viola Luizzo. El crimen ocurrió luego de una manifestación por los derechos de los afroamericanos, mientras se dirigía a casa junto a otros manifestantes en su auto. Al igual que la masacre de My Lai en Vietnam, donde el ejército estadounidense asesinó brutal y conscientemente a centenares de civiles vietnamitas. También los asesinatos de Martin Luther King y Malcom X, entre muchos otros sucesos lamentables dentro del bloque occidental.
Los músicos de King Crimson, en contraste con los Rolling Stones y The Beatles, habían experimentado un mundo distinto al prometido por el plan Marshall en los años 50. Ellos veían la decadencia y la unilateralidad que promovía Estados Unidos y sus aliados, además de los problemas sociales como la segregación racial, las guerras proxys entre Estados Unidos y la Unión Soviética, las fuertes diferenciaciones de clases sociales dentro del mismo Reino Unido, entre muchos otros problemas.
Otro contraste entre ambas generaciones fueron sus influencias culturales, ya que, aunque ambos bebían de la música estadounidense, sus influencias eran muy diferentes. Por ejemplo, The Beatles tomaron las armonías vocales de The Everly Brothers que tuvieron una impacto directo en el estilo de canto armonizado de John Lennon y Paul McCartney; o figuras como Elvis Presley y Bob Dylan que resonaron muy fuerte en la personalidad de John Lennon, principalmente al inicio de su carrera.
Buddy Holly también fue una gran influencia para The Beatles, en términos de composición y estructura. De hecho, se dice que el nombre «The Beatles» fue parcialmente inspirado por la banda de Buddy Holly, «The Crickets».
En cambio, las influencias y estilo de King Crimson beben, desde su propia formación en música clásica y la psicodelia, de las bandas como The Moddy Blues, pero principalmente de la gran evolución que sufrió el jazz en las décadas de los 50 y 60, que es una reinterpretación completa del sonido y el ritmo que va desde la construcción de disonancias funcionales, ritmos y métricas inusuales, así como cambios de tempo abruptos; la experimentación e incorporación de elementos y armonías de otros géneros musicales como el avant-garde; composiciones extendidas que comenzaron a ser más largas y complejas, a menudo estructuradas como suites en lugar de las típicas canciones de 3 a 4 minutos.
La interacción y la comunicación entre los músicos se volvieron fundamentales, con un enfoque en la improvisación personal (de instrumento) o colectiva (como banda o ensamble). Además, el virtuosismo instrumental se convirtió en un método de expresión en sí mismo; las letras tomaron la labor de denuncia social. Todo esto fue un cambio muy radical del que King Crimson tomó muchísima influencia para lo que sería su primer álbum.
Los músicos de King Crimson eran semi-profesionales, con un conocimiento amplio de teoría musical, así como técnica y un toque de virtuosismo al que la mayoría de las bandas de la época no habían ni soñado con alcanzar. Tenemos de ejemplo a Michael Giles como un percusionista increíblemente sobresaliente. Giles era conocido por su capacidad para combinar complejidad técnica con una sensibilidad percusiva y melódica única, algo relativamente inusual para un baterista de rock en ese momento.
En lugar de limitarse a proporcionar una base rítmica estándar, Giles trataba la batería como un instrumento melódico y dinámico que contribuía activamente a la narrativa de cada canción. Su estilo estaba marcado por patrones rítmicos intrincados, principalmente tomados del jazz, una variada gama de timbres y un uso expresivo de los platillos que podemos ver muy bien ejecutados en canciones como Moonchild.
Por otro lado, podemos ver la construcción de melodías estridentes y riffs avan-garde de Robert Fripp en la guitarra; también, parcialmente influenciado por músicos de jazz como Charles Mingus, Miles Davis, John Coltrane, así como de música orquestal experimental como Igor Stravinsky o Béla Bartók, cuya complejidad rítmica y exploración armónica inspiraron a Fripp a indagar en estructuras no convencionales y sonidos disonantes. Esta influencia se traduce en su uso de escalas exóticas y acordes inusuales, creando un ambiente sonoro que oscila entre lo tenso, lo dramático y lo místico.
Este tándem de virtuosismo técnico y artístico se vio aderezado por las letras sobrecogedoras de Peter Sinfield, que nos hablan de una manera cruda, poética y visceral de la violencia y la podredumbre de la guerra, así como de crítica social al «hombre moderno”.
Sinfield, como letrista y colaborador de King Crimson, introdujo un enfoque lírico que no solo complementaba la complejidad musical de la banda, sino que también elevaba las canciones a una forma de arte multidimensional.
Las letras de Sinfield en el álbum están impregnadas de un lirismo rico y evocador, a menudo caracterizado por un uso sofisticado del lenguaje; lleno de imágenes surrealistas, simbolismo y alusiones tanto históricas como mitológicas.
Esto se manifiesta en la manera en que los textos no se limitan a narrar historias lineales, sino que operan más bien como cuadros oníricos y abstractos que invitan a la interpretación subjetiva. Además, la forma en que Sinfield entrelaza la crítica social, la introspección personal y los paisajes míticos en sus letras, ayudó a definir la estética del rock progresivo, donde la exploración intelectual y emocional son tan esenciales como la exploración musical.
El álbum fue recibido con una mezcla de asombro, admiración y, en algunos casos, confusión por parte de la crítica musical de la época.
Desde su lanzamiento, fue reconocido como una obra radicalmente diferente a lo que se escuchaba en la época. Algunos críticos se mostraron perplejos o incluso abrumados por la densidad y la complejidad del álbum. La revista New Musical Express (NME) elogió la ambición de la banda, pero también señaló que la estructura intrincada y los cambios abruptos de dinámica y tempo podían resultar difíciles de seguir para el oyente casual, un comentario que reflejaba la brecha emergente entre el público promedio que buscaba una distracción momentánea y un público profundamente selectivo e incluso intelectual.
In the Court of the Crimson King sentó un precedente histórico en la música moderna; redefinió los límites de las estructuras musicales dominantes de la época que consistían en canciones con armonías y melodías simples de 3 o 4 minutos como máximo. En lugar de ser una simple forma de entretenimiento, el álbum se posicionó como un vehículo para la exploración artística y la introspección filosófica.
King Crimson desafió las nociones de comercialidad y popularidad al insistir en la integridad artística y la experimentación sin concesiones, estableciendo un legado de autenticidad que muy pocas bandas han logrado crear.
A nivel cultural, demostraron que el rock podía ser un arte elevado, capaz de abordar temas complejos y emocionales de una manera que antes solo se atribuía a la música clásica o al jazz. In the Court of the Crimson King no solo introdujo una nueva estética sonora, sino que también fomentó una mentalidad en la que el álbum, más que la canción individual, se consideraba la unidad principal de la expresión artística.
Curiosamente, un álbum tan mítico e importante que ha sobrevivido al transcurso del tiempo, al pasar de las décadas, a la aparición y decadencia de géneros musicales. Lo único que no sobrevivió de este álbum fue la formación original de la banda, ya que casi todos sus miembros se dispersaron en distintos proyectos musicales dejando a Robert Fripp como la única constante durante todos estos años.
In the Court of the Crimson King representa un legado de excelencia, innovación, estructura y musicalidad que sigue vigente cinco décadas después de su publicación. Este álbum ha sido la piedra angular de lo que fue, es y será el rock progresivo; ha permeado e influenciado a decenas de artistas que luego han ido por el camino que pavimentó King Crimson. Celebremos pues, el legado de uno de los mejores álbumes de la historia.