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Los años previos

Al inicio de una de mis décadas favoritas, los 60, el mundo se encontraba en un momento interesante en todos los ámbitos. En 1962, Estados Unidos iniciaba el bloqueo a Cuba, Julio Cortázar publicaba Historias de Cronopios y de famas, Marilyn Monroe fallecía y Spiderman aparecía en cómic por primera vez.

Mientras todo eso ocurría, en Dartford, Inglaterra, los antiguos compañeros de clase, Keith Richards y Mick Jagger, junto con Brian Jones, Bill Wyman e Ian Stewart, formaban la legendaria banda The Rolling Stones.

En esta ocasión, no pretendo hacer una historia de la banda, sino de un hecho en particular y, para ello, nos adelantaremos a los 70 que fue de todo, excepto tranquila para la juventud de la época. La oferta musical era amplia, los géneros musicales se fundían entre sí y se creaban nuevos. La revolución sexual se encontraba en pleno y las drogas sintéticas circulaban libremente en las esferas del rock.

Para los Rolling Stones la década no empezaban muy bien. Recién, en 1969, el despido y posterior muerte de uno de los fundadores, Brian Jones y el desastre del festival Altamont Speedway Free Festival, donde fue asesinado Meredith Hunter por uno de los Hell’s Angels, dejaron a la banda en una crisis que los obligaba a reinventarse o morir, así que Keith Richards se enfocó en audicionar a diversos guitarristas, buscando el complemento para el nuevo sonido que estaba buscando para la banda y, después de probar con Michael Schenker (Scorpions), Paul Kossoff (Free) y Ron Wood (Faces), el lugar de Jones fue ocupado por un joven de 20 años que había impresionado a John Mayall al sustituir espontáneamente a Eric Clapton en un concierto. Por supuesto, hablamos de Mick Taylor.

El talento de Taylor era lo que la banda necesitaba en ese momento, pues Keith Richards encontró justamente lo que necesitaba para el nuevo sonido que quería darle a los Rolling Stones para el Leti t Bleed. Basta escuchar “Wild Horses” para sentir la comunión que se creó entre ambos guitarristas.

Con Let it Bleed las giras por Europa y Estados Unidos habían generado unas ganancias exorbitantes que acabaron en el bolsillo de su contador, Allen Klein, así que la banda creó su propio sello discográfico: Rolling Stone Records, y ahí se produjo el Sticky Fingers, uno de los álbumes más importantes en la historia del rock. Su portada, diseñada por Andy Wharhol, hizo brincar el ojo de más de uno (Franco, por ejemplo). La controversia era la imagen de los abultados jeans de Joe Dallesandro, con un cierre real en sus primeras ediciones. En la contraportada aparece por primera vez los emblemáticos labios y la lengua que diseñaron en conjunto Mick Jagger y John Pashe.

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Entre los excesos, los desfalcos millonarios y los millones de libras esterlinas que debían a la corona en impuestos, los Stones tuvieron que huir a Francia para evitar la prisión y ahí, Keith Richards se aseguró de tener un lugar donde vivir con toda la banda y trabajar en su siguiente material: Exile on Main, que comenzó grabaciones en la mansión de París.

Sin embargo, entre la heroína, las orgías, fiestas y la libertad 24/7, la grabación se detenía constantemente, así que decidieron buscar un nuevo estudio en Jamaica y finalmente en Los Ángeles, siempre bajo el sello Rolling Stones Records. Con la urgencia de generar ganancias y hacer giras para recuperar su fortuna, en 1973 presentaron el álbum Goats Head Soup. “Angie” se volvió un éxito mundial.

You can’t always get what you want…

Para 1974, la falta de disciplina de la banda fue afectando la calidad de sus nuevas producciones. It’s only Rock and Roll estaba muy por debajo de las dos anteriores y por ello, el hartazgo de Mick Taylor explotó una noche y renunció a la banda sin previo aviso. Al parecer, en ese momento quería mantenerse sobrio y las giras con los Stones no eran precisamente un retiro espiritual tibetano.

La abrupta salida de Taylor significó una búsqueda exprés para sustituirlo. El guitarrista los dejaba justo con el álbum Black and Blue a punto de entrar al estudio en Munich, así que, para encontrar al indicado, enviaron invitaciones a diferentes prospectos para colaborar como músicos de sesión, entre ellos, se encontraban Steve Marriott (Small Faces), Shuggie Otis, Rory Gallagher (Taste), Jeff Beck (The Jeff Beck Group), Peter Frampton (Humble Pie), y Ron Wood (Faces).

Ron Wood significa un nuevo comienzo (otra vez) para los Rolling Stones. Richards y Jagger ya habían intentado ficharlo desde la salida de Brian Jones, sin embargo, éste había sido convocado para tocar con Rod Stewart y ex miembros de la banda Small Faces para formar uno de los proyectos que apoyaron a Richards para salvarle el trasero en Canadá: Faces.

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Keith Richars & Ron Wood, 1974

But if you try, sometimes…

Por supuesto que la vida personal de los Stones era tan vertiginosa como todo a su alrededor. Brian Jones había tocado fondo cuando se encontraba en pareja con Anita Pallenberg “la musa del rock”, una modelo de madre alemana y padre italiano que había trabajado con Andy Warhol. Anita ayudó a convencer a Jones de internarse en una clínica de rehabilitación en Francia, mientras ella, Keith Richards y Tom Keylock (manager de Brian) viajaban a Tánger donde se supone que se reunirían más adelante.616308_forCrop.jpg

Pero la belleza de Anita no pasó desapercibida por Keith y empezaron una relación tan intensa como destructiva. Ambos eran adictos a la heroína y, juntos, no hicieron más que consumirla más y más. El que Mick Jagger estuviera escandalizado y preocupado, daba un panorama del nivel de los excesos de la pareja.

Con un nuevo sonido, la gira del Black and Blues fue un éxito total en Europa; la banda estaba en un nuevo aire que necesitaban mantener. Jagger consiguió un estudio de grabación en Toronto, aprovechando el nuevo tour por Canadá que estaban por iniciar en 1979. Más valía mantener un perfil bajo en aquel país… o al menos esa era la idea.

…You might find you get what you need.

A pesar de los pedidos de la banda a Richards y Pallenberg para mantenerse sobrios, al menos hasta estar instalados en Toronto, la pareja fue detenida en la aduana con las cucharas que habían usado para inyectarse durante el vuelo y, más tarde, llegaron a su hotel para catear su habitación. La policía montada encontró en su posesión residuos de hachís y 22 gramos de heroína que les ganaron dos cargos: posesión e importación de droga con intención de distribuirla.

Los cargos eran lo suficientemente graves como para que, de ser encontrados culpables, fueran sentenciados a 7 años de prisión sin derecho a fianza. Todo esto fue el inicio de los numerosos conflictos entre Richards y Jagger.

El panorama se veía cada vez menos prometedor, a aquellos cargos se les sumó el escándalo del siglo (al menos para Canadá). Además de la heroína y el hachís, en la habitación de la banda encontraron a la primera dama, Maggie Trudeau. El mito dice que estaba manteniendo relaciones sexuales con Ronnie Wood y Mick Jagger (al mismo tiempo), rumor que no está comprobado, aunque se le había visto en el club Mocambo y de fiesta con toda la banda por diversos clubes de Toronto.

Por supuesto que el país estaba indignado al saber que la esposa del Primer Ministro estaba “de fiesta” con los Rolling Stones (y eso que no sabían que sería la madre del actual, Justin Trudeau), así que los cargos de posesión se fueron agravando ante la opinión pública. La justicia buscaba ya cadena perpetua.

Todo parecía perdido para Keith y Anita, sin embargo, pudieron demostrar que la heroína había sido comprada localmente y eso aminoró el cargo por importación. Aún así, quedaba pendiente todo lo demás.

Pero nada hubiera valido para absolver de los cargos a Richards y Pallenberg, a no ser por un personaje clave en la historia: una chica invidente que buscó personalmente al juez para hablarle de cómo Keith había tenido atenciones personales con ella, considerando en todo momento su condición. El testimonio de la chica dio una vis humana a la figura del rock star ante las autoridades y, aunado al alegato de Austin Cooper, abogado de ambos, le concedieron libertad condicional, una multa de mil dólares canadienses y le impusieron ofrecer dos conciertos gratuitos en el Oshawa Civic Auditorium en beneficio del Canadian National Institute for the Blind (CNIB).

Blind Date

Ambos conciertos fueron ofrecidos por Keith Richards, acompañado por los Rolling Stones y The New Barbarians, la banda alterna de Ronnie Wood.2.jpgEl concierto fue legendario. Las bandas se volcaron, muchos de los fans reportaron que algunos de los músicos se mezclaron con el público; era increíble poder ver a músicos de ese calibre de forma casi gratuita, los boletos costaban 15 dólares canadienses.

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Este solo fue uno de los primeros conciertos gratuitos de los Rolling Stones, falta mencionar aquél que se llevó a cabo en La Habana en 2016, pero esa… esa es otra historia para el Oráculo.

Sobre el autor /

Cuenta-cuentos de historia, música y cine. Apago fuegos con gasolina.

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