Otra cosa, el prodigioso devenir de la guitarra brasileña

Ya en la primera entrega de Las antípodas se tocan les contaba mi fascinación por la música brasileña. En esta ocasión profundizaré específicamente en aquella basada en la guitarra.

Los brasileños y la guitarra han vivido un largo idilio y este ha quedado plasmado en numerosas grabaciones de una gran calidad compositiva e interpretativa. La sensibilidad, la sutileza y la pasión por el detalle son atributos característicos de estos artistas que nos hacen soñar con la vibración de las cuerdas en las arcas de madera.

Llevada a Brasil por los portugueses, las coincidencias con el tradicional sonido de Coimbra se pueden apreciar en exponentes portugueses como Carlos Paredes, Jorge Tuna o Alexandre Bateiras.

La guitarra es clave en la música brasileña, como sus instrumentos hermanos, el cavaquinho, el pandeiro, el tamborim y la mandolina. Los instrumentos de cuerdas ya eran imprescindibles en la música de compositores clásicos de Brasil como Heitor Villa Lobos o Pixinguinha.

Con el tiempo y perseverancia, fueron ganando reconocimiento los excepcionales talentos de guitarristas dedicados a la música instrumental como Heraldo Do Monte, Olmir Stocker y por supuesto Baden Powell, Zezo Ribeiro, Marco Pereira, el ya fallecido Raphael Rabello o su hermana Luciana.

Emparentada con el jazz y la música clásica desde sus inicios, la música brasileña es rica en ritmos y armonías, es como un ser vivo y nunca deja de evolucionar. Al día de hoy podemos encontrar que la guitarra brasileña palpita y respira en la música que nos proponen guitarristas contemporáneos.

Muy especialmente, les quiero sugerir los dos últimos discos de Marcello Gonçalves: Otra Coisa (2017) y Reconvexo (2021), en donde hace una excelente mancuerna con la clarinetista Anat Cohen.

En el primero, Otra Coisa, reiterpretan la música de Moacir Santos; piezas cadenciosas de un jazz amable al oído y cálido para el corazón. Un álbum que fluye como el agua, que es fácil y agradable de escuchar de principio a fin.

En Reconvexo incluyen distintos compositores, creando un colorido abanico sonoro intimista y espontáneo con muy claras referencias a Brasil, su gente y su sentir.

Para terminar esta expedición sonora, recomendaré al compositor y guitarrista Fabiano do Nascimento y sus álbumes Prelúdio (2020) e Ykytu (2021).

Descubrir a este joven compositor, ejecutante y arreglista me ha provocado la emoción que sienten los astrónomos cuando descubren una nuevo cuerpo celeste en el cosmos, pues su música es profunda y misteriosa.

Prelúdio, producido por Mario Caldato Jr. y Luther Rusell, es una grabación revitalizadora de evidente vocación jazzística; manifiesta una voz auténtica, proyectada con talento y solvencia por las voces y guitarras de Fabiano do Nascimento y las percusiones hechas a la medida por parte de Ricardo “Tiki” Pasillas.

Ykytu, también publicado por el sello NowAgain Records, es un álbum donde aparece totalmente a solas con sus guitarras y sus efectos; es la conjugación de lo mejor de los universos guitarrísticos brasileños, un tributo orgánico a la sensibilidad, al amor, la noche, la flor, lo mejor del mundo.

Un disco sofisticado, que no es pretencioso, un monumento al buen gusto; porque todos sabemos que el mejor guitarrista no es el que toca más notas por minuto sino el que toca las necesarias de la forma más especial.

Te dejo más música de este extraordinario artista, esperando que la disfrutes tanto como yo.

Sobre el autor /

Gusto de hacer composiciones, sonidos, compilaciones, mezclas sonoras y grabaciones de campo. Adicto a la música.

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