Simple Minds renegó de la canción que todos amamos

Durante mi aburrido proceso de crecimiento, y en muchos de esos fines de semana en los que la pubertad me hacía sentir que nada era divertido (especialmente lo que le gustaba a mis compañeros de escuela); dejando fuera los bloques de anime que ofrecía Canal 5, porque de alguna forma era lo único que me hacía conectar con un grupo de pintorescos adolescentes que solo gustaban de jugar fútbol en sus ratos libres, y evidentemente yo era uno de esos personajes que ven en las actividades físicas a los peores demonios, aunque gracias a esto llené esos ratos libres con canales de videos musicales y fue justo en uno de estos canales que pude disfrutar por primera vez de The Breakfast Club.

The Breakfast Club (El Club de los 5)

La película dirigida por John Hughes, fue estrenada el 15 de febrero de 1985. Aplaudida por la crítica y el público. Con un presupuesto de 1 millón de dólares, logró recaudar 51,5 millones. Además, lanzó la carrera de sus cinco protagonistas adolescentes, a los que la prensa aún hoy en día se refiere como «The Brat Pack«.

Protagonizada por Molly Ringwald, Judd Nelson, Emilio Estevez, Ally Sheedy y Anthony Michael Hall, The Breakfast Club se centra en la relación de un grupo de adolescentes en la sala de detención de una escuela durante la mañana de un sábado. El castigo es dado como resultado de las diversas faltas cometidas por cada alumno. Lo que resulta peculiar de este grupo es que cada miembro se caracteriza por pertenecer a diferentes estereotipos, pues tenemos al rebelde que prefiere saltarse clases (Nelson), a la chica popular y millonaria (Ringawald), el deportista y ejemplo estudiantil (Estevez), la rara que no tiene amigos (Sheedy) y  por supuesto, al que nunca debe faltar, el cerebrito que sufre bullying (Hall). Cada personaje cumple con un rol muy estricto, hecho que muy en el fondo los atormenta.

Cabe señalar que el guion ya llevaba a la película por muy buen camino, no hay duda de que la dirección de Hughes fue la correcta para tener interpretaciones destacables en la pantalla. El filme está cargado de escenas que resultan memorables y con el paso del tiempo han sido reinterpretadas en distintos shows de corte juvenil, pero lo que terminó de cerrar este conjunto que garantizó el éxito de la película, no es otro que la canción compuesta originalmente para el filme «Don’t You (Forget About Me)».

Don’t You (Forget About Me)

A mediados de los 80, Simple Minds, una banda escocesa, creada por Jim Kerr y Charlie Burchill, quienes ya se habían hecho de un nombre en el panorama musical, con dos discos de platino y varios singles ubicados en lo más alto de las listas de ventas en Reino Unido. Pero no conseguían salir de la mediocridad absoluta en Estados Unidos, donde eran ignorados por público y no encontraban el camino para  llegar a posicionarse entre los temas más comprados y escuchados. El problema era que, aunque gastaran una gran cantidad de dinero para andar de gira por aquel país, la banda no sonaba en la radio, por lo que no captaba el interés de los medios y mucho menos del público.

El productor británico Keith Forsey, encargado de la banda sonora de la película The Breakfast Club, estaba buscando a un intérprete para grabar «Don’t You (Forget About Me)», el tema principal que él había escrito junto a Steve Schiff, el guitarrista y compositor de Nina Hagen.

Y aunque parece que las piezas estaban por encajar a la perfección, en realidad, antes de llegar a lo que conocemos hoy en día, el tema se le ofreció a distintos intérpretes como Cy Curnin, cantante del grupo británico The Fixx, pasando por Bryan Ferry y finalmente Billy Idol, pero los tres se negaron por distintos motivos, aunque años más tarde Billy Idol grabó la canción.

Schiff, que resultó ser un fan de Simple Minds, le sugirió a Forsey llamarlos, aunque también obtuvo un no como respuesta, aduciendo no tener interés en la propuesta, ya que ellos solo interpretaban sus propias composiciones.

«Somos Simple Minds y no hacemos canciones que suenan parecidas a las nuestras, hacemos nuestra propia música.» Jim Kerr

Después de aquella negativa, Keyth Forsey le sugirió darse una vuelta al estudio para platicarlo personalmente, pero Kerr respondió que le daba mucha flojera. “Ya veremos… a lo mejor en un tiempo colaboramos”, agregó Forsey, sin una pizca de cortesía.

Jim Kerr no quería aceptar. »Por encima de mi cadáver», replicaba en las conversaciones nocturnas con su esposa, Chrissie Hynde, quien es líder inimitable de The Pretenders y una mujer con tanta carrera a la que realmente conviene escuchar. Ella, con ocho años más en el camino de la vida y curtida en mil batallas en el mundo de la música, le aconsejó:

«No seas idiota y convéncete, porque es seguro que vas a dar en el clavo».

Y así fue. Tras juntarse con los compositores del tema, se dio cuenta de que lo que decía Hynde era lo mejor para todos. Más tarde, Jim Kerr aseguró lamentar el no haber entendido desde el principio el concepto de canción que se les ofrecía. Una joya.

En el verano de 1984, se grabó la canción en no más de tres horas y tras hacerle unos cuantos arreglos y añadirle el famosísimo “lalalalala”, llegaron las prisas, pero se logró terminar tres meses antes de que el filme se estrenará en las salas de cine, publicando así el single y logrando un éxito instantáneo. Simple Minds pasó de cero a cien en poco tiempo.

Hasta el día de hoy, es el único primer puesto logrado por la agrupación escocesa en la lista Hot 100 de Billboard. En Reino Unido solo alcanzó el puesto número siete, aunque se mantuvo en los rankings británicos entre 1985 y 1987, uno de los ciclos más extensos para cualquier tema en la historia de ese país.

Otro detalle que colaboró para ese suceso fue el respectivo video que, bajo la dirección de Daniel Kleinman, combinó escenas de la película con imágenes de la banda y obtuvo una gran difusión a través de MTV. El video fue nominado en los MTV Video Music Awards de 1985 en las categorías Mejor Dirección Artística y Mejor Dirección.

Sin duda, grabar «Don’t You (Forget About Me)» es la mejor decisión que pudieron tomar los integrantes de Simple Minds, consagrándolos como una banda de éxito internacional, dando origen a un tema que dejó huella en toda una generación.

 

Sobre el autor /

Geek, Melómano, fanático de Star Wars, Gustavo Cerati, The Beatles y acumulador de Cómics, Videojuegos y Figuras de Colección.

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