Juan Mateo Barrera González es una persona resiliente, apasionada, sin filtro, objetiva, siempre en busca de crecimiento mental y espiritual. Es hijo, cómplice, hermano, amigo, sonero y candela.

Mateo es músico, cantante y compositor, fascinado por la materialización de ideas y
sentimientos a través de las artes vivas y audiovisuales. Considera que uno de los privilegios que tienen los artistas, más allá de cantar y componer, es crear.

De los 5 a los 12 años estudió canto, guitarra clásica, folclor y percusión latinoamericana. De los 12 a los 17 se formó en guitarra eléctrica y dirección musical. Moviéndose entre el rock y la salsa, tuvo varios proyectos musicales en Colombia, como Expresso 4, Oxácidos y Minka Latina.

Llegó a Canadá a los 19 años el 17 de marzo de 2015, enamorado de su carrera luego de haberse graduado en diseño visual y producción para las artes vivas. Decidió radicarse en Montreal para aprender francés e inglés y para hacer una especialización en técnica de iluminación, sonido y video.

La música es parte de mi vida desde los 5 años, por eso siempre supe que iba a estar
conmigo toda la vida, en Colombia, en Canadá, en Japón o en el desierto… Es, simplemente parte de mí, es mi alma.

Su proyecto solista nace cuando conoce a su label, mánager y productor León Pérez. Juntos
establecieron la dirección y los ingredientes para darle vida a esta propuesta. Está acompañado por una banda de lujo, pesada y eficaz: el guitarrista canadiense – peruano Tito Sono, el percusionista cubano Hanser Santos, el bajista colombiano Diego Cruz y el baterista jamaiquino Dan Fyah Beats.

La intención de Mateo es transmitir, ser honesto y conocer el lenguaje para luego transformarlo en una propuesta fresca y digerible. El mensaje de su proyecto se basa en herramientas para el aprendizaje. La espiritualidad, el desamor, la protección y la manifestación de las metas.

Hay que leer el entorno, escuchar todo tipo de música, estar atento a los detalles y, finalmente,
aprender a escribir canciones de verdad, entender y materializar.

Para Mateo, el proceso creativo tiende a evocar y crear por medio del texto y la
música. Las frases de sus canciones son concretas, pero al mismo tiempo poéticas y estáticas; como pequeñas fotografías que hacen parte de un todo.

Vengo de frente es su disco debut, un trabajo con influencias de salsa dura, afro latino, son
montuno, boogaloo, dancehall, guaguancó, jazz, rock & roll, afrobeat, blues, pop, lofi, progressivo, alternativo y pantera. Vengo de Frente es la carta de presentación del cantautor colombiano radicado en Canadá.

La idea de no tener vientos ni teclados fue «»clave, los montunos a dos guitarras, meter mambos en forma de riffs, tener coros con pregones de soneo y todo eso enmarcado en estructuras de música pop para que la cosa fuera accesible y honesta. Hay que conocer el lenguaje y entender nuestra identidad musical.

Del álbum se desprenden dos poderosas y exitosas canciones: «Camaleón» y «Aguacero».

Por un lado, «Camaleón» representa a todas esas personas que te subestiman, los que no te quieren ver triunfar. Musicalmente, tiene elementos de cumbia, dancehall, rock, pop y afrocubano.

Por otro lado, «Aguacero» fue inspirada en la pintura «Ulysses and the Syrens» de John William Waterhouse. Allí apreciamos a Ulysses atado a su mástil para poder escuchar el canto de las sirenas. «Aguacero» representa la bendición, lo que se necesita para la cosecha, el aguanilé para lo que viene. Es el track de protección para el proyecto. El sonido es una fusión de afrobeat con afrolatino.

Esta pieza representa el coraje que debemos tener a la hora de seguir nuestro destino, de crear momentos únicos y de no perder las oportunidades.

El proyecto que se lanzó el 14 de febrero de 2020 y ha cosechado a la fecha múltiples éxitos y
reconocimientos, entre ellos, cantante del año en los Canadá Latin Awards, elegido por la CBC
Radio Canadá como artista Revelación 2020–2021 en la categoría World Music, nominado a
Álbum del Año en los Canadá Latin Awards y en los premios ADISQ en Quebec, artista destacado en el Mundial Montreal (mercado World Music más grande de América del Norte) y seleccionado para la versión 2020 del destacado Festival Internacional de Jazz de Montreal.

Hay que tener un producto sólido, trabajar duro y tener carisma. Ir a shows, escuchar música,
creer, ensayar y tener un equipo que te acompañe y quiera cumplir los sueños contigo.

Dentro de los planes de Mateo para el primer semestre de 2021 está terminar la segunda parte del álbum y seguir moviendo la música en Colombia y América Latina.

Debemos apropiarnos de lo que nos representa como país, mostrarle a la gente que sí es posible cumplir los sueños y meterle candela a la vida. Mi proyecto está muy conectado con la cultura latina y en Canadá estamos haciendo bastante ruido y dejando en alto el nombre de Colombia.

 

Mateo es un artista multidisciplinario, un joven arriesgado que sueña con los pies en la tierra. Un cantautor que rompe barreras idiomáticas y lleva con orgullo su música en español en una
industria en donde el inglés es el idioma universal. Ahí radica su éxito, en lograr transmitir
emociones sin importar el lenguaje. El colombiano, lejos de su familia, sabe que en esta carrera hay que hacer sacrificios para llegar a la cima, pero también tiene claro que el mejor camino es la paciencia, la constancia y el trabajo en equipo.

La invitación final para entrar en el universo de Mateo es escuchar su música, sus letras y dejarse llevar por su sensibilidad artística.

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