Hace unas horas bajaba rumbo a mi consultorio, recorriendo el sendero con mi vista anclada en el presente; observaba cómo los árboles, con un solo día de lluvia, retoñan mostrando sus pequeñas hojas verdes; escuchaba los diferentes lenguajes de las aves, las mariposas con todos sus colores, las chicharras con su escandaloso cascabel. Verdaderamente la lluvia trae a su paso mucha vida, mucho movimiento.

En ese momento mi mente tuvo un recuerdo: pensaba en una de mis hermanas y en el hermoso retoño que crece dentro de su vientre; me conecté con sus latidos y en ese instante llegó a mi pecho un gran escarabajo verde, hermoso, estuvo unos segundos en mi alto corazón conectándose con nuestros latidos, después se puso a volar. Los escarabajos son animales sagrados para los egipcios y es uno de los símbolos más venerados; cuando tiene las alas recogidas, es un discípulo, aún no llega a la parte del florecimiento, pero cuando despega su vuelo, se convierte en un maestro.

Ese escarabajo me hizo pensar en dos cosas: todo en la vida es un proceso, como el ciclo de esos árboles que en días anteriores observaba casi secos y que ahora están retoñando; como el del agua, que se evapora hasta formar esas nubes gordas que caen besando la tierra y nutriéndola para colaborar con un ciclo más.

Dicen los abuelos de la tradición mexica que todo se divide en siete pasos, las siete grandes direcciones: por el oriente sale el sol, es el inicio, la infancia y la imaginación, va creciendo hasta germinar en el sur, la voluntad que retoña en alas azules, las semillas comienzan a cobrar vida; ellos dicen que es el rumbo del corazón joven; en el poniente se madura ese crecimiento, llega a su estado de florecimiento; por el norte la sabiduría es evidente, se acumula la propia medicina, este es el rumbo de la mente, la que nos desafía, la que nos muestra los espejismos; en el centro encontramos el corazón de la tierra y sus raíces, la creación en plenitud, y después el centro del universo, que pasa por el sol, que atraviesa las estrellas y nos conecta con la fuente para llegar a nuestro centro corazón. Ellos le llaman CEYOLOTL. Estos siete pasos son los que nos encaminan hasta llegar a la maestría de nuestro propio ser, para después dar inicio a un nuevo ciclo. Cierra los ojos y respira.

También me hizo pensar en un punto, todo parte de ahí, de un inicio, luego ese inicio crea una línea y después esa línea un espiral, pero siempre vuelve al inicio. De esa línea nacen los opuestos, el lado positivo y el lado negativo, el lado luminoso y el lado bien oscuro. Así como existe el sol, existe la luna, y en cada uno de ellos el comienzo de otro ciclo.

Lo que he percibido en estos días es que toda polaridad es realmente complementaría, el miedo nos enseña en potencia la valentía, el sentimiento de control en realidad nos muestra que puede existir la confianza y la fluidez. Cada contrario es complementario.

Estamos acostumbrados a ver el lado brillante de la luna, pero ella también tiene su lado de oscuridad.

Hoy es viernes, día de Venus, de luna llena en sagitario y de eclipse. Hace dos días Venus inició su tránsito en conjunción con el sol y eso nos habla del cierre de una etapa que inició en el 2012. Se cerró un ciclo, pero como ya sabemos, eso da paso a un nuevo comienzo.

Las energías se sienten fuertes, poderosas, los eclipses traen a la luz, aquellas repeticiones, creencias y emociones que antes nos daba miedo aceptar. El ambiente planetario se encuentra confundido y el cósmico también. Mucha paciencia, mucho amor, pero sobre todo, volver a la casa, a esos tres corazones que nos guían y nos llenan de fuerza, recordemos que todos tenemos dos polaridades, que en realidad son complementos y potencias de amor. Son momentos que van definiendo nuestro nuevo sendero por esta manifestación, hay que caminar esos siete pasos que nos enseñaron los abuelos y confiar que la cosecha traerá alimentos de nutrición.

Cuando se acerca una tormenta, todo parece confuso, viene la lluvia a vaciar el cielo para así limpiarnos, eso nos enseña que todo es impermanente. Cuando la tormenta pasa, vuelve a salir el sol y los campos se llenan de fuerza, de aprendizaje, de un nuevo entendimiento. Confía que ahí donde estás en ese momento es donde necesitas estar, confía que a su tiempo llegarás a un nuevo lugar. Ten calma que la vida nos está hablando de paciencia y de un nuevo ritmo, nos está guiando para regresar al latido de nuestro corazón ancestral.

Que tus tiempos sean orgánicos.
Que puedas crecer como la naturaleza.
Que veas retoñar tus ramas
con la paciencia que tiene un árbol.
Que recuerdes tus aromas,
así como lo hacen las flores en primavera.
Que conectes con los ciclos de la luna
para poder aprender de las transformaciones.
Que despierten todos tus dones con la fuerza de mil volcanes.
Y que todas tus virtudes sean canciones para la tierra madre.
Que te dejes ser con el corazón
y que limpies esa mente
de prejuicios y ambiciones,
de separaciones y exigencias,
de comparaciones y envidias.
La naturaleza nada controla,
en ella todo renace y muere sin esfuerzos,
no presiona ni exige.
Simplemente existe,
en ella todo es fluido y constante.
En ella todo vibra a un mismo latido.
Lucrecia Astronauta

 

https://www.youtube.com/watch?v=TZlI5AUCxkg

Con todo mi amor

Lucrecia Astronauta -Mujer Semilla-

Sobre el autor /

2 comentarios

  • Veronica
    4 años ago Reply

    Amo tus escritos, sos un ser con mucha sabiduría. Gracias

  • Leticia
    4 años ago Reply

    Wow !! Que manera de escribir ! Medicina para el alma.
    Gracias infinitas

Deja tu comentario

Your email address will not be published.