Ayer en Melómano tuvimos la oportunidad de contactar vía telefónica hasta España con la destacada vocal coach Isabel Villagar, quien nos comparte algunos detalles sobre el canto y además nos cuenta cómo se está viviendo está viviendo la contingencia en su país.
¿Quién es Isabel Villagar?
Isabel Villagar es una gran investigadora y pedagoga de la voz y el canto española, con una formación inicial como música integral para luego estudiar una carrera específica en pedagogía del canto, a lo que se ha dedicado en cuerpo y alma.
Cuenta con varias publicaciones internacionales en la materia, que puedes encontrar en versión eBook y además dirige La brújula del canto, una página donde encontrarás un sinnúmero de herramientas sobre técnica vocal aprender a cantar.
Por si fuera poco, ha trabajo durante más de 10 años dando cursos on line, y cuenta con alumnos de todas partes del mundo, incluyendo mexicanos, a quienes envía un caluroso saludo.
Nos contó que, en su experiencia, todo el mundo puede aprender a conocer y dominar su voz para cantar, salvo un reducido 2% con una condición física llamada amusia, que les impide reconocer tonos y reproducir una melodía, el resto solo requiere entrenamiento auditivo o neuromuscular. Aquí te comparto sus cinco secretos del canto.
El canto para sobrellevar la contingencia
Como bien sabemos, España es uno de los países más afectados por la pandemia de COVID-19, allá llevan un mes de aislamiento; al respecto, Isabel Villagar nos recomienda cantar en familia, cantar con los niños, aunque sea en ducha, haciendo juegos vocales o solo imitando, ya que esto nos trae bastos beneficios físicos, psicológicos y emocionales.
En ese sentido, Isabel comparte que hay varios estudios que afirman que una parte de nuestra voz está controlada por el sistema límbico, esto quiere decir que con el simple hecho de cantar, segregamos endorfinas y hormonas de bienestar y placer, al tiempo que se reducen aquellas del estrés, como el cortisol.
Así, reconoce que estos días, si bien es muy importante atender los sistemas sanitarios, las medidas de higiene y sanitización, quedarnos en casa y luchar todos juntos contra esto, también estamos un poco asustados y preocupados por los nuestros, pero podemos bajar los niveles de cortisol introduciendo el canto dentro de nuestras nuevas rutinas diarias, ya que en estos momentos, lo más importante es nuestra salud, incluyendo la anímica y mental.
Aprovechamos para preguntarle de primera mano cómo se está viviendo esta contingencia global en España; nos contó que en su país, las dos primeras semanas la gente estaba más abierta y positiva, sin embargo, al pasar la tercera semana llegó un bajón anímico, por lo que nos sugiere estar preparados porque aquí en México también ocurrirá; en este tiempo tendremos que aprender a dominar la ansiedad e incertidumbre, por lo que es imperativo recurrir a aquello que nos levante el ánimo, y la música es el recurso ideal, por su potentísimo efecto positivo en las personas.
El impacto de la pandemia en el sector cultural
Desde su posición como directora de la delegación valenciana de AMPE músicos, una de las asociaciones de músicos profesionales más importantes, confiesa que están realmente preocupados por la situación actual, y que habrá que asumir que una vez que pase esta contingencia, luego de todo el esfuerzo que se está haciendo para contener la epidemia, la apertura a eventos masivos, conciertos, presentaciones en vivo y festivales, será bastante lenta, no puede ser inmediata y hay que estar preparados.
Por lo anterior, exhorta a los gobiernos a reconocer que la cultura también es importante, que la cultura es identidad, pueblo, solidaridad, es compartir y es sabiduría; por lo tanto, no atenderla también es un grave error.
Nos explicó que este sector, tanto en España, como en México y el mundo, es un gran motor económico, que emplea a mucha gente y genera muchísima riqueza a un país, pero detrás de todas esas plataformas de streaming y bibliotecas, de cada canción o video, hay personas que viven de eso, que tienen facturas por pagar, que se toman muy en serio su trabajo y que van a necesitar ayuda, porque la propia dinámica de la pandemia les va a retrasar su incorporación a sus actividades económicas normales.
Por esto, también sugiere a todos aquellos que se dedican a hacer música, y a la cultura en general, a potenciar la parte on line, a pelear por los ingresos en streaming y poner atención a aspectos tales como el registro de derecho de autor, que quizá se descuidan por tener muchos conciertos o muchas horas de ensayo, ya que es muy probable que a un mediano plazo esos temas lleguen a ser bastante necesarios.
Esta talentosa cantante invita a la sociedad a replantearse la idea de que un músico o un escritor están ahí para entretenerle, que creemos erróneamente que como vamos a un concierto después de trabajar, como lo percibimos como algo «extra», no es trabajo y entonces no es importante; pero en realidad, si esas personas, después de sus horas laborales no acudieran a un espectáculo, no escucharan música o leyeran un libro, seguramente a la siguiente semana serían peores trabajadores, estarían más vacíos, serían menos humanos, menos solidarios y menos sensibles.
Ahora, en estas semanas de aislamiento, este valor se incrementa; hay que reconocer que estas semanas han sido más llevaderas gracias a los trabajadores de la cultura; desde luego, sin dejar de reconocer el valor de los médicos y enfermeras, del personal sanitario y de distribución, que se parte el alma en la primera línea.
Para despedirse, Isabel reflexiona en que quizá esta crisis sea una oportunidad para que, de una vez por todas, se reconozca a la cultura como un aspecto primordial en la vida de las personas.
Nos desea serenidad y fortaleza a los mexicanos en esta contingencia que apenas empieza para nosotros y nos pide que cantemos, no importa que sea desafinados, pero felices.
Si quieres aprender a cantar o simplemente dominar y conocer tu voz de la mano de una profesional de talla internacional, te invito a seguir a Isabel Villagar y La brújula del canto en todas las redes sociales.