[bigletter custom_class=»»]Quiero ser un árbol. Amanecer en medio del bosque y respirar el aire que de tan fresco me renueve los pensamientos y limpie mi corazón; mirarme de lleno cada rama y estirar desde las raíces hasta el último centímetro de copa; alimentarme de la tierra y del rocío de la madrugada.[/bigletter]
Hoy no quiero saber del mundo de los humanos, me han enfermado los motores, los pasos acelerados, la ira que inunda las calles y se anega para hacer crecer el fango de tristeza. Mis oídos precisan dejar de escuchar alarmas y relojes insaciables; mi cuerpo está cansado de ir de un lado al otro y sentir que no termina por existir, que a todo llegó tarde.
Yo quiero sentir el sol que baja desde el cielo y me calienta de a poco; paciente y en silencio recibir la vida que se forma con la luz y mis sombras. Y cuando el viento sople, abrir mis brazos para que se cuelen sus caricias en cada hoja y comience un canto sin punto final.
Hoy le declaro la guerra a la falta de aire en los pulmones, al miedo que se apropia de los rincones donde antes me sentía en calma; hoy quiero que las plantas de mis pies sean sólo eso: plantas que se plantan en un sitio que la muerte no pueda siquiera pensar en arrebatarme.
Quiero estar adornada con los colores impresos en seres diminutos que me recorran la corteza, delicados y pacientes, que se alimenten del musgo que cobija mis raíces, que se detengan en las cuevas que tengo para resguardar su descanso, para conversar en un lenguaje hecho de silencio.
Preciso olvidarme de que existe un calendario y que debo luchar contra todo para merecer un espacio apenas suficiente para sobrevivir; mi faceta como ser humano se ha desgastado a tal punto que odio a esos falsos espejos que me intentan convencer de que soy como ellos. Y es que a veces lo creo y mi piel se torna gris y mis ojos dejan de arrojar luz hacia adentro y hacia afuera.
Hoy quiero cambiar mi sangre por salvia, mis venas por cientos de ramas livianas que den vida a otras y a otras sin parar. Quiero respirar profundo con todas mis hojas y despedir sin tristeza a las que caigan porque su tiempo llegó, sabiendo que seguirán su vida tan cerca o tan lejos como sea su destino.
Yo no quiero ser humana hoy, quiero olvidar que tengo un nombre y que la desesperanza me ha llevado hasta un camino que de ser vereda se convirtió en pantano; hoy no quiero llorar de rabia porque no entiendo el mundo que de humano sólo tiene el título.
Hoy quiero sentir que está bien permanecer inmóvil y en silencio y ser una con el vaivén de mi propio cuerpo. Hoy seré un árbol. Hoy. Seré. Un. Árbol.
Colors
Black Pumas (2019)