La representación, en su sentido más básico, es describir, dibujar o poner algo o a alguien a la vista de otros. En estos tiempos se habla constantemente de ella ¿pero porqué?

¡Ahora quieren que todos los personajes sean gay!

Es una frase que me ha tocado escuchar bastante, junto con el ¿Si eres gay, por qué no puedes dejar de decirlo? La respuesta es sencilla e implícita en las preguntas. No solo queremos ver personajes gay, también queremos representación de personas que se identifiquen como bisexuales, pansexuales, asexuales. Que no sean personas cisgénero.

¿Qué de qué hablo? ¿Qué es cisgénero? Justamente por eso es necesaria la representación ¿Solo existe el hombre, la mujer, la heterosexualidad y la homosexualidad? Automáticamente dicen «gay» y no, no es sólo eso lo que queremos ver.

Uno es lo que es, no lo podemos evitar. Durante toda mi infancia, no me identificaba con las princesas, entonces mi cuento favorito era El pájaro que habla, el árbol que canta y el agua de oro, en él, al más puro estilo de Éowyn, la protagonista es quien resuelve la trama.

En ese entonces también pensaba que las mujeres eran estúpidas, ser bonita era estúpido, tenía internalizada una misoginia súper destructiva. Sólo valía si venía de mi mente, cualquier otra cosa era, lo adivinaron: estúpido.

Entre los 9 y los 11 (no sé exactamente, sólo recuerdo el lugar en donde tuve ese pensamiento y por ello deduzco la edad) me pregunté ¿Bueno, y tú qué eres, acaso no eres mujer? Mi respuesta visceral fue no, pero todo en mi entorno decía que sí. Por más que quise pensar en ello, lo único a lo que podía llegar era no, no soy mujer, pero tampoco soy hombre, así que debo ser mujer. En mi vida sólo existían esas posibilidades. SOLO ESAS. No había representación de nada más.

En esa época, mi música favorita era lo que llamaban heavy metal y, al menos en ese entonces, sí dejó una impresión en mí cómo REPRESENTABAN a las mujeres, cómo se PRESENTABAN los músicos que eran tan admirados por mí.

Cuando estaba en la secundaria, mi mejor amigo me dijo que sería perfecta si fuera hombre, yo también lo pensaba. A la par de todo esto, entre las hormonas y mis cambios físicos, fue aún más difícil decir, no soy mujer ¿Qué otra cosa iba a ser?

Los comentarios de «quiérete un poco», «es que no te quieres nada» «las mujeres en otros países se cuidan, hacen ejercicio, son altas» por supuesto no ayudaban. Con el conocimiento de que la autoestima debía ser alta y que yo más bien me odiaba bastante ¿Qué querían que les respondiera? Sentía muchísimo miedo de aceptar que me detestaba.

Sin embargo, eso de no estar tan a gusto con uno mismo no era tema ajeno a la música popular en mi adolescencia. Este fue otro tipo de representación; pero, aunque me ayudó a resistir, no fue lo que me ayudó a sanar.

 

En la prepa, aunado a todo esto, tuve una etapa de depresión que me duró al menos todo ese periodo. Salvo que toda mi vida osciló entre el cabello largo y el pelo «cómo niño», llevado al extremo de raparme con rastrillo, como rodilla, no tengo mucho que agregar de este periodo. Me la pasé dormida.

Fue cuando entré a la universidad que descubrí los juegos de rol, y la variante crónica (si no mal recuerdo). El punto es que se jugaba con muchísimas menos restricciones que un juego de rol normal, sólo tirabas para ver si pasaban o no las cosas que proponías y qué tan intenso era lo que pasaba.

Durante un buen tiempo fue mi salvación, porque hice un personaje. Se llamaba Sam, porque era un nombre neutro, podría ser Samantha o Samuel. Simplemente Sam. Hasta la fecha, mis queridas amigas de la Uni así me llaman. Sam a veces era mujer, a veces hombre (las menos, pero a veces) pero casi siempre era ninguno.

 

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En esa época me identificaba como bisexual y mientras que no estaba totalmente errada, realmente partía de la ignorancia. Era lo más cercano a describir como me sentía, sin embargo, no es exactamente así.

Cuando era niña, leía muchísimo, en realidad nunca lo dejé, pero ya no leía libros. He leído muchísimo fanfiction. El hecho de que ustedes estén leyendo esto, es resultado de eso.

Lo que había impreso ya no llamaba mi atención, dejé de ver las películas porque las odio un poco; muchos de los libros que leo ahora son autobiografías, porque hablan de las experiencias de cada persona, neutrales en cuanto a que hablan de lo que les pasa, de sus propias reacciones, el género es parte de ello, pero rara vez se centran en sus relaciones, más bien lo hacen en sus logros o experiencias.

Cassandra Clare se volvió la autora que más leí entonces ¿Por qué? porque ella tenía algo que otros autores no, algo tan básico como representar parejas que no eran heterosexuales.

¿Me molesta ver heterosexualidad? No, pero no me identifico con ella. Tampoco me identifico con la subcultura urbana y tampoco me molesta verlos. No me identifico con muchas cosas que existen, pero la heterosexualidad, a diferencia de los urbanos, la veo todo el tiempo, quiera o no. Hasta este día, la comedia romántica me hace sentir dolor de estómago, simplemente porque excluye. Los libros de Cassandra bien podrían ser comedias románticas, pero por el solo hecho de tener diversidad, me permite leerlos con gusto.

Mientras más leía, más específica se volvía mi lectura. Un día llegué a un par de fanfics, en uno de ellos el personaje principal era generofluido. ¡¿QUÉ?! ¿Qué es eso y por qué me estoy enterando hasta ahora que existe? El fanfic hablaba de un fenómeno que se llama disforia, que es sentir que tu cuerpo no está empatado con la persona que eres. ¡Ja!, solo había pasado 35 años sintiendo que mi cuerpo y yo no estábamos conectados, por fin encontré algo que hacía representación de mi experiencia.

La representación escrita de alguien que hablaba de algo por lo que yo pasaba cada cierto tiempo me llegó muy profundamente porque, entre otras cosas, me empecé a dar cuenta de muchas formas en las que me auto agredía e invalidaba.

Con el tiempo y aceptación gradual de quién soy, puedo decir que ahora es cuando empiezo a quererme. Paralelamente, esta representación también ayudó a aceptar otro tema con mi identidad, el color de mi piel se volvió algo que simplemente era ¿Me veo más morena si me pongo rosa fosforescente? ¿Y precisamente de qué color me voy a ver si soy morena? Desde entonces, me pongo lo que se me pasa por la cabeza, cuando se me pasa por la cabeza.

El otro fanfic hablaba de la asexualidad, de ser génerofluido y de que las relaciones afectivas van más allá de lo sexual. Es momento de explicar algunos de los términos que mencioné antes. La representación actual no da para que la gente lo entienda solo viendo, por lo que se los presento a modo de glosario.

Podemos dividir la identidad referente a la forma en la que nos relacionamos con los otros en cinco aristas:

Sexo:
Generalmente se refiere a las gónadas y sistema reproductivo externo con el que nacemos. Hay más factores que esos dos, como la cantidad de hormonas que producimos naturalmente, no necesariamente si eres mujer vas a producir menos testosterona, por ejemplo.

Género:
Hombre: una persona se identifica como hombre.
Mujer: una persona se identifica como mujer.
No-Binario: una persona que no se identifica ni como hombre ni como mujer
Génerofluido: una persona se identifica a veces como hombre, a veces como mujer y otras como no-binario.
Cisgénero: una persona que se identifica con el sexo que nació.
Transgénero: una persona que no se identifica con el sexo que nació.

Presentación:
Es como expresamos lo que tengamos en el alma, sin embargo, no porque alguien use la ropa que socialmente se asocia con uno u otro género, significa que todo lo demás esté alineado a esa convención. La presentación, como el arte, está sujeta al espectador y la interpretación será subjetiva, a pesar del autor.

Amor Romántico:
Indica con quién es más probable que uno se enamore.
Arromántico: no desarrolla lazos de amor romántico, lo que no quiere decir que no sienta afecto por la gente con la que convive.
Heterorromántico: se enamora de alguien del sexo opuesto
Homorromántico: se enamora de alguien del mismo sexo
Bi-romántico: se puede enamorar de hombres o mujeres.
Panromántico: el afecto se da hacia una persona en particular, el sexo es indistinto.
Demirromántico: es necesario primero tener un lazo fuerte, antes de enamorarse.
Greyromántico: solo se enamora en situaciones específicas.

Atracción Sexual
Asexual: no siente necesidad de entablar relaciones sexuales, no quiere decir que no las tenga.
Heterosexual: se siente atraído por el sexo opuesto.
Homosexual: se siente atraído por su mismo sexo.
Bisexual: se siente atraído por ambos sexos.
Pansexual: se siente atraído por la persona, sin distinción de género o sexo.
Demisexual: necesita tener un lazo profundo antes de sentir atracción sexual.
Greysexual: siente atracción en situaciones específicas.

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