“Cuido mi espíritu, mi cuerpo es mi casa” Suppra.
Los vientos soplan fuerte, a veces nos empujan, a veces nos regresan y otras tantas nos derriban. Pero siempre seguimos aquí: levantándonos, reinventándonos, creándonos, buscando de aquí para allá, expresando y luchando. Se necesita gallardía para ser una misma en cualquier realidad, circunstancia o tarima, y lograr proteger y defender nuestra unidad y autenticidad.
Porque solamente así nos reencontraremos con nuestras virtudes escondidas, esas sustancias naturales que hacen emerger el carácter contrario a la sumisión, conmiseración y a todas las estructuras que nos lastiman y asedian para mirar lejos nuestra libertad.
Crea una vida que ames, sueños que en el camino te afirmen, y no pares, proclamo y reclamo a mí misma, si Dios es mi conciencia, mi camino en la brecha, saber ver sin luz, actuar bien, siempre estar lista.
El fragmento anterior describe con tan poco, mucho de lo que se necesita para poder ser en este mundo. No es fácil, es verdad, pero decidir y permanecer es parte de la sabiduría. La previa cita viene en la canción «Dicen No» del EP Amazona Street. Suppra es la mujer colombiana radicada en Chile, quien le dio existencia a ese proyecto de rap y de quien hablaré en esta ocasión porque sus letras expresan, justamente, sobre el despertar, renacer y sanar pese a qué o quién esté frente a ti.
La descubrí en YouTube hace un par de meses, justo antes de mi cumpleaños número 29; el último antes de iniciar el tercer piso y no creo en las casualidades.
Por lo que investigué, aún no es muy conocida, debutó apenas en 2020 con este EP; sin embargo, me conectó por dos razones, naturalmente. Por su tremenda voz y lírica, que combinada con esos bombos y cajas, hacen una explosión de rap callejero, puro, boom bap que describe realidades internas y externas de las que tenemos que cambiar la perspectiva y hacernos responsables; y, porque hasta ahora, es la artista con la que más me he sentido identificada, no sólo por sus letras, flow, estilo y producción musical, sino por nuestro proceso personal de ambas que pude observar y sentir desde aquí.
Suppra emergió en el gremio del hip hop como rapera sureña a partir de una catarsis y, como muchos, por una necesidad de expresar nuestras historias; lo que vivimos; lo que somos. Como ella, desde niña plasmé mi arte interno con dibujos, cartas, fotos, teatro. Y ahora ansío sacar mi proyecto de rap al igual que lo ansiaba ella en ese momento.
«D´Milagro» fue la primera canción que escuché de Suppra, lanzada en enero de este año y la cual formará parte de su disco Epifanía proyectado para este 2021.
Este fue el primer verso que llegó a la parte más vulnerable de mi psique: “aquí en la Tierra de milagro, mi lado oscuro siempre quiso mantenerme abajo, sin Ki ni fuerza, estar despierta me costó trabajo”. Porque es cierto, como personas, nuestras partes sombrías nos atormentan, evitando dar los siguientes pasos y se requieren mil esfuerzos para no salir demasiado dañadas. Cada que escucho esa parte, recuerdo lo mucho que me ha costado trabajar conmigo misma y llegar al temple y fuerza que tengo ahora.
Amazona Street nos recita sobre la importancia de saberse y reconocerse a una misma y llevar como escudo la autoconfianza de la cual nos han despojado. Habla de la fuerza para defenderse frente a un sistema cínico y abusador; de no rendirse y buscar siempre la forma de levantarse y brillar; de quitarse los complejos físicos; de estar preparada ante cualquier clima, caída, insulto y egoísmo.
Amazona Street es esa fuerza interna con la que creí en mi capacidad.
Manifiesta la fe espiritual que existe entre nosotras; la fuerza y conexión con la naturaleza; la magia secreta que nos rodea siempre; el poder de energía que trae el ciclo de nuestra sangre y las raíces ancestrales que nos han acompañado durante siglos para honrarlas.
En resumen, las letras de Suppra son una bomba del hip hop femenino. Cada estrofa salida del alma tiene la fórmula para mover la cabeza, alzar los brazos y subirle al tope hasta que retumbe la casa. Y como dice la canción de Anaconda, hay que saber discernir entre lo que nos han enseñado ser y lo que queremos ser: “mirarte al espejo e insultarte a ti mismo, ponerte tras las ropas que empoderan al fascismo, releerás la historia escrita por ellos mismos, te educarás con bases que destruyen humanismo.»
Nada es un desafío para las mujeres, son palabras de Suppra. La autorrealización muchas veces está supeditada a nuestros pensamientos y creencias heredadas y programadas; a la ansiedad porque vivimos en un mundo que no parece siempre un lugar seguro, a esa inseguridad que no nos hace sentirnos libres.
Por ello, hay que definir qué sentimos, qué percibimos y qué necesitamos para avanzar, para sentirnos vivos y libres, aceptando que las caídas y las pérdidas son inevitables y nos acompañarán siempre.
La música siempre será un potente sanador y motivador para mí, pero el hip hop es algo de otro planeta. Vayan y escuchen a Suppra, no conozco su edad ni de su vida fuera de artista, pero con sus letras, voz y ritmo, me basta para sentir y decir que es una mujer fuerte, admirable y que trae un flow bestial, la suppraneta.
Lo que hace fuerte no es la suerte, es lo que yo me invento.
Big Respect.
Hip hop love.
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