El parto es un viaje
Pasan las semanas una tras otra como la arena que corre en el reloj, cada día como granos minúsculos que a veces se sienten correr y a veces parecen un flujo sin fin. Cada semana transcurre hasta numerar cuarenta o treintaitantas porque el ultrasonido y las cuentas no suelen llegar a un acuerdo. Bienvenidas a Día Luna, una columna para mujeres que nacen, renacen y se reinventan.
Empieza un viaje, porque el parto parece el final de la gestación o el inicio de la maternidad, pero cuando vives un parto sabes que el parto es EL viaje, todo él desde la primera contracción hasta que despiertas del ensueño de los primeros días con el bebé.
El parto es un viaje para el que nunca se está totalmente lista, el equipaje físico es lo de menos, una sabe qué llevar en la maleta: la ropita, los accesorios y los documentos son elegidos y preparados prolijamente, a veces basta una vez para conseguir armar la maletita, a veces se arma y se desarma varias veces hasta lograr la configuración perfecta, esto es parte del viaje también.
Es el equipaje interno el que puede estar incompleto, revuelto, bien ordenado o incluso puede ser una zona jamás explorada ¿De que equipaje hablo? Del que se lleva en la mente, en el corazón, en el alma.
Llevar tristezas, confusiones o angustias al viaje puede inhibirnos, volver lastimero el dilatar, puede haber algo de dolor, algo de intensidad o mucho de ello, pero ¿sufrimiento? ese sí que se puede evitar.
Cuando sea y como sea que des a luz, tu experiencia impactará tus emociones, tu mente, tu cuerpo y tu espíritu por el resto de tu vida.
Al viaje de parir se puede llevar de todo, no hay reglas estrictas, no hay código de comportamiento. Personalmente aconsejo llevar una relación hermosa con tu propia madre, quizás para ello necesites algunas pláticas profundas y honestas, unas tardes de cercanía, de historias viejas, de contacto amoroso.
Llévate toda la libertad que tengas, mucha desinhibición, lleva respiraciones profundas, lleva un par de manos que te sostengan (y si tienes más, mejor).
Llévate las palabras de aliento que haz escuchado de tus amigas, de tus tías, de tus hermanas, si prefieres portarlas por escrito para sentir ánimo y fuerza ¡qué mejor!
Al parto hay que llevar valentía, consciencia, conexión con el cuerpo, esperanza y fe.
¿A qué suena un parto?
Cada mujer lleva un ritmo único al parir, las olas en un vaivén.
Una mujer pariendo puede llenarse de fuerza bailando, cantando lo que la llena de oxitocina, entonando los himnos de su propia historia de vida.
Una mujer de parto, puede necesitar silencio, puede gruñir fiera, puede llorar desconsolada.
Un parto suena a soplidos, a olas, a descanso profundo interrumpido por gemidos intensos.
Una mujer de parto debe ser libre de sonar como quiera, que su entorno se acompase a su ritmo, que los corazones que la acompañen latan tambores protectores y cómplices. Que el parto llegue a su más sublime nota con el llantito precioso del humano diminuto emergiendo de las aguas de su madre y que el postarto reine en paz.
Edgar
4 años agoDía Luna manifiéstate