Muchos piensan que «Pumped up kicks» fue la primer canción en rememorar una masacre, y es que tal vez su letra es un poco más explícita al contar la historia sobre la masacre de Columbine con un ritmo bastante pegajoso. Pero en 1979, una banda irlandesa conformada por Bob Geldof en la voz​, Garry Roberts en la guitarra principal, Johnnie Fingers en los teclados, Pete Briquette en el bajo, Gerry Cott en la guitarra y Simon Crowe en la batería, creó «I don’t like mondays».

La banda lleva por nombre The Boomtown Rats y su canción logró escalar posiciones importantes en Irlanda.

I don’t like mondays

29 de enero de 1979, un lunes más del calendario, con la diferencia de que ese día una chica de 16 años llamada Brenda Ann Spencer, realizó un tiroteo desde la ventana de su habitación en casa, ubicada justo enfrente de la Escuela Elemental Cleveland de San Diego en California, contra todos aquellos que estaban a punto de comenzar su día escolar.

Brenda Ann Spencer

La chica, de tan solo dieciséis años, tenia la clásica apatía adolescente para asistir a clase, una sensación común de cualquiera en esa edad al terminar un fin de semana; por lo que la vista de la escuela desde la ventana de su hogar, no ayudo en nada.

Esa mañana, Brenda decidió comenzar la semana de forma diferente y, apoyada en la ventana, vio el momento perfecto para utilizar el preciado regalo que su padre le dio en Navidad. Al ser alguien sumamente aficionada al rock, quería una grabadora para reproducir sus casettes de favoritos, pero a los pies del árbol de Navidad de los Spencer más bien encontró un rifle semiautomático de calibre 22. El padre de Brenda estaba muy orgulloso de ella, era una chica buena y con un brillo comparable al oro, así que la mejor manera de demostrarle su cariño fue obsequiándole el arma que cualquier adolescente estadounidense debería tener.

Mientras varios pequeños esperaban la apertura de las puertas de la escuela, Brenda se dedicó a abrir fuego contra ellos. Disparaba sin piedad y al azar. No le importaba dónde podían terminar las balas, finalmente estaba aprovechando su regalo navideño. Cuando la melodía de las sirenas de las patrullas comenzó a sonar en la calle, Spencer pensó que era el mejor momento para dejar de disparar. Ocho alumnos y un oficial de policía habían resultado heridos. Pero la peor parte la recibieron el director de la escuela, Burton Wragg, y el conserje, Mike Suchar, quienes murieron tratando de proteger a los alumnos.

Después de esto, Spencer se resguardó en su casa durante seis horas hasta que se consiguió su rendición, tiempo suficiente para que un periodista recopilara los datos necesarios y contactara con ella por teléfono para hacerle una entrevista. La frase que se hizo historia musical fue precisamente la contestación a la pregunta sobre por qué había hecho aquello:

No me gustan los lunes. Sólo lo hice para animar el día. No hay ninguna razón más, sólo fue por divertirme. Me gustan el rojo y el azul de las chaquetas de los alumnos.

 

La noticia impacto a Bob Geldof, quien se encontraba en Estados Unidos: “Me estaban haciendo una entrevista en la radio en Atlanta y un fax detrás de mí comenzó a trabajar, leí la noticia como llegaba. Que no te gusten los lunes es una razón un poco extraña para matar a alguien. Pensé sobre ello en mi camino de regreso al hotel y dije:

 El chip de silicio que está dentro de su cabeza se había sobrecargado.

Escribí eso. Los periodistas que la entrevistaban le preguntaban: ¿Dime por qué?. Qué acto tan absurdo. Era el acto absurdo perfecto y era la razón absurda perfecta para hacerlo. Quizá escribí la canción absurda perfecta para ilustrarlo. No fue un intento de explotar la tragedia”.

Este suceso causó el nacimiento de la absurda canción «I don’t like mondays», que inicialmente era reggae. Geldof pensó en ella como una cara B, todo esto antes de incluir el piano de Johnnie Fingers, pero tras la buena aceptación por parte del público al tema en directo, se convertiría en el single del tercer álbum de los Boomtown Rats, The fine art of surfacing,  del año 1979 y en el tema más popular de la banda irlandesa.

Una canción que suena demasiado amable. pero tras conocer la realidad. deja sabor agridulce. Logró llegar al número uno en las listas del Reino Unido; mientras que en Estados Unidos, el lugar donde el incidente estaba demasiado reciente, el éxito del sencillo fue menor debido a la sensibilidad del pueblo, incluso algunas emisoras de San Diego se negaron a tocar la canción y los familiares de Spencer intentaron boicotearla. A pesar de ello, la canción daba la vuelta al mundo.

Brenda fue condenada a cadena perpetua, con un mínimo de 25 años, por dos asesinatos y asalto con arma de fuego. En su última revisión de condena, le fue denegada la libertad. Brenda podrá solicitar nuevamente su libertad nuevamente este año, 2020.

Es irónico que una chica que solamente deseaba tener un reproductor de radio y casettes se convirtiera en la protagonista de su propia canción, por la posible mala decisión de su padre.

 

 

Sobre el autor /

Geek, Melómano, fanático de Star Wars, Gustavo Cerati, The Beatles y acumulador de Cómics, Videojuegos y Figuras de Colección

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