Estamos en un día energéticamente especial, se siente en el viento. Es día de luna llena y ella nos anuncia con claridad lo que estaba oculto en las entrañas. La luna representa la totalidad de la casa donde moran las serpientes.
Las mujeres somos cíclicas, tenemos fases y corre por nuestra vulva un torrente de emociones ancestrales y de linajes. En nuestra sangre se encuentran células de sacerdotisas, magas, danzantes y cantoras. Viajan por nuestras venas el idioma de las lechuzas, el brillo de las luciérnagas y también la furia de los volcanes. En la vulva quedan grabados los secretos de esta creación, y justo ahí se pueden parir renaceres, sueños y creaciones.
Nuestra matriz tiene recuerdos: de hombres, de otras mujeres, de abuelas y hermanas, de animales poderosos. Nuestra vulva está viva y se comunica con nosotras, nos habla a través de sus fluidos, de sus pulsaciones, de su latir.
Es una flor, y esa flor también tiene espinas, tiene néctares y venenos, tiene el antídoto y los bálsamos. Ya nos los decía Tlazolteotl, esa diosa de energía dual, que es la reina de las parteras, que es la gestadora de inmundicias y pecados, que trae al mundo a los seres que nacen. Ella nos ayuda a renacer, a sacar toda esa energía contenida por miedo, por violaciones y agresiones. Y en esta luna nos invita a llenarnos de luz, a parir nuestras inmundicias para dejar un vacío que será llenado de amor y hermandad.
Ahí en nuestra matriz, existe un jardín, donde se juntan todas nuestras mujeres: la niña, la doncella, la madre, la vieja sabia y la curandera. Es en ese lugar donde se hacen los aquelarres, el jardín del edén, el centro de poder.
Y si es un jardín que guarda las memorias de todos los tiempos, requiere que vayamos a él y le demos mantenimiento. Para poder despertar nuestras medicinas de cantos y danzas, es importante sanar los dolores y las viejas andanzas. Limpiemos ese miedo a ser poderosas. Ese miedo a crear y materializar nuestros sueños.
Escorpión es el signo de las curanderas, es de agua, de profundos oleajes, y nos acompaña a viajar en ese mar emocional para traer de la profunda oscuridad, a la superficie de la luz, esas repeticiones que duelen, pican y cansan.
Hace muchos años, nos educaron para competir, para correr una carrera, nos fuimos olvidando de contemplar el paisaje. Entramos en una guerra, de mujeres contra mujeres, de mujeres contra hombres, de mujeres con nuestros ciclos, de mujeres con nuestras etapas de vida, de seres contra la madre tierra, de seres contra el universo. Por momentos dejamos de creer, dejamos de sentir a la madre y al padre, se nos derramó de las manos nuestra voluntad de crear y de sostener esas creaciones.
Ahora estamos despertando de un aletargado sueño; despertamos de esa maestría en emociones oscuras, densas y pesadas; hicimos un doctorado para poder salir de ahí con una diáfana mirada y llenar de luz todas las cicatrices de nuestra alma.
Estamos despertando, y en este despertar todo parece más claro; las mujeres colaboramos y nos inspiramos; los hombres despiertan su sagrado femenino; juntamos nuestras creaciones y sostenemos nuestros sueños. Las comunidades están floreciendo, los consumos están cambiando, la educación esta llegando desde el fondo del corazón.
Compartir en lugar de competir se siente más sagrado.
El universo nos está conteniendo, la tierra nos habla con amor, la luna con su benditas fases nos enseña de movimientos, de ciclos, de cambios. Tenemos tiempo para ver las etapas de florecimiento, para ir a contemplar la salida del sol. Tenemos tiempo para abrazarnos, para escuchar los mensajes de nuestros hijos, de nuestros abuelos, de otras hermanas y hermanos.
Estamos conectando con los elementales, prendiendo fuegos, honrado a tatehuari, rezándole al agua, apreciando cada gota de ese tan esencial liquido que sana. Sí, estamos respirando más lento, estamos descifrando lo que significa el oxigeno adentro de nuestro cuerpo y también comenzamos a sembrar nuestros alimentos, a cultivar nuestras medicinas, a curarnos con nuestros pensamientos.
Se siente la llegada del bosque a nuestro ser, del desierto y de la selva; se siente el agua del mar fluyendo por nuestras venas, se sienten las frutas maduras, las flores de mil colores, se siente este renacer.
Es como una espiral que está abriendo, esa que está en continuo movimiento. Este despertar se siente como las joyas de la red de Indra, así interconectadas. Se siente la unidad de la vida en todas sus formas. Estamos entendiendo que a cada acción corresponde una reacción, es verdadero que el aleteo de una mariposa se siente del otro lado del mundo.
Dice el Dalai Lama que es imprescindible que los hombres y las mujeres abramos las puertas de nuestra percepción y que viajemos más allá del mundo inmediato y de apariencias. Yo, en esta luna llena tan hechicera, los invito a todos a conectarse al corazón, a viajar entre dimensiones y a despertar en este cambio tan hermoso que estamos experimentando.
Elevo mi rezo para la sanación de todos los seres en todos los universos.
Con todo mi amor
Lucrecia Astronauta -mujer semilla-
Julia
5 años agoPrecioso Mujer Hermana Maga Sagrada!! Gracias por el mensaje. Un abrazo y feliz luna!
Bernardita
5 años agoGracias por tu sabiduría preciosa mujer. Gracias por extendernos la mirada, por invitarnos a ir más allá.
Gracias bendita Luna llena porque tus ciclos son maestros de los míos.
Lucrecia Astronauta
5 años agoGracias por leerme hermosa y por conectar nuestros corazones en forma de palabras en esta luna llena tan poderosa! Te envío un abrazo lleno de cariño.
Carolin Cacao
5 años agoMuchas Gracias por la selección musical para este hermoso Bálsamo de Mujer Semilla!
Lucrecia Astronauta
5 años agoHermanita gracias por leerme, ustedes me inspiran! Abrasoles
Tavatha
5 años agoEsta muy padre me gusto trae mensaje , reflexión me gusto gracias por compartir
Lucrecia Astronauta
5 años agoMuchas gracias por leerme, te abrazo con cariño!
sandra
5 años agocon puedo ver Las publicaciones interiores?
Lucrecia Astronauta
5 años agoEn la página principal hay una pestaña que dice inspiración y ahí otras opciones, le das click en bálsamo y esas son mis entradas 🙂