De haber nacido en otro lugar me hubiera gustado que fuera en Brasil, por razones musicales principalmente. Para mi fortuna la música trasciende fronteras y la brasileña puede ser concebida en Estados Unidos como hicieron Sergio Mendes o Eumir Deodato; en Londres, Gilberto Gil y Caetano Veloso, obligados a ello, víctimas del exilio por la dictadura militar; en Japón como lo demuestra el productor Jazztronik o la compilación Getz/Gilberto +50 Featuring Getz/Gilberto Lovers, interpretada únicamente por músicos y cantantes del país insular. Están también los casos del colectivo británico Da Lata, los alemanes Jazzanova o el belga Buscemi, quienes desde sus inicios, todos a mediados de los noventas incorporaron elementos marcadamente afrobrasileños.
Un gran ejemplo de la universalidad de la música brasileña es Mitar Subotić, un músico serbio que revolucionó la escena de la vanguardia brasileña por una década hasta su súbita y prematura muerte en el 99, en un intento de rescatar del fuego las grabaciones del álbum que produjera para Bebel Gilberto, Tanto Tempo.
Lo brasileño es muy diverso, la música puede ser instrumental como la del organista Walter Wanderley o cantada como toda la obra de Chico Buarque, popular como Astrud Gilberto y João Gilberto o experimental como Tom Zé, Hermeto Pascoal o Cyro Baptista, acústica y electrónica, bailable y psicódelica, nostálgica y alegre.
La pasión por el detalle de los arreglos, la inhibición para nuevas ideas, la herencia polifacética y policromática de donde bebe, la textura de las voces y los sonidos, son todas características clave para convertirla en una de las secciones favoritas de mi baúl. A esto hay que sumar muchas veces el portugués, un idioma que resbala suave y cadenciosamente por las notas con la musicalidad natural de sus fonemas.
Ya tenemos todos los elementos para una explosión creativa que nos viene alumbrando desde los tiempos de José Prates y los inicios de Elza Soares, quien sigue cantando y polemizando a sus 89 años.
Les comparto un par de sesiones a manera de introducción a este universo sonoro.
In Vitro – Saudade e Alegria
Baden Powell & Vinicius de Moraes, Canto de Ossanha (M.RUX Edit)
Matas & Edo Lee – Corcovado – I Like It
Cut Chemist – O Jardim
Cyro Baptista – Aguidavi
José Prates – Nãnã imborô [Candomblé]
Astrud Gilberto – Agua De Beber
Caetano Veloso – O Leaozinho
Edu Lobo – Upa neguinho
Paulinho da Viola – Passei Por Ela
Sergio Mendes & Brazil 66 – Batucada (The Beat)
Elza Soares – O Samba Brasileiro
Erasmo Carlos – Mane Joao
Jazztronik – Aguas De Marco
Tim Maia – E Necessario
Toco – Meu Rio
TOKU – So Danco Samba
Anat Cohen & Marcello Gonçalves – Nanã (Coisa No. 5)
Walter Wanderley – Summer Samba (So Nice) (Samba De Verao)
La Sonora Digital presenta Sucesso Novo
Lúcio Alves – Negro
The Bossa Nova Modern Quartet – Reduino
Baden Powell – Solitude on guitar
Roberto Ribeiro – Moda Rue
Orquestra de tambores de alagoas – Mundau nago
Trio Mocoto – Nao Adianita
Chico Correa and The Electonic Band – Eu pisei na pedra
Jorge Ben – Bebete vãobora
Jorge Ben – Comanche
*Elza Soares, foto Secretaria Especial da Cultura do Ministério da Cidadania do Brasil.
*Caetano Veloso, foto por Giulia Ciappa.
Otra cosa, el prodigioso devenir de la guitarra brasileña - MELÓMANO
3 años ago[…] en la primera entrega de Las antípodas se tocan les contaba mi fascinación por la música brasileña. En esta ocasión profundizaré […]