[bigletter custom_class=»»]Primera canción, segundo álbum de estudio, 1963. Ahorré un par de meses para comprarme este CD, lo vi en La Magia del Disco y pedí en secreto que nadie más se lo llevara mientras reunía el dinero. En mi cumpleaños pasado me regalaron el Please please me y desde entonces no pude pensar en nada más que no fuera reunir la discografía en orden. También tenían en exhibición el White Album, pero cuesta el doble y definitivamente no me iba a alcanzar.[/bigletter]

Tengo 13 años y estoy por pasar a tercero de secundaria. Mis compañeras de salón se ríen cuando ven mi casillero tapizado con posters de ellos, me preguntan quiénes son y dicen que sus cortes de cabello son ridículos y que sus trajes y guitarras les recuerdan a los grupos de boleros que escuchan sus abuelitos.

Más de una vez he querido contarles que tiene apenas dos o tres años que descubrí su música y que me gusta mucho; aunque me digan que es música viejita, a mí me emociona y este es el primer disco que puedo comprarme, ya tengo muchos casetes con canciones que grabo desde la radio y tenerlo en mis manos es increíble.

Salgo de la escuela y caminé directo hacia la calle Guerrero para comprarlo, estaba tan emocionada al salir de la tienda que casi corrí hasta mi casa; subí a mi cuarto, tiré la mochila y fui por el discman de mi hermana para escucharlo muy alto, con audífonos para que nadie se diera cuenta que repetiría las canciones muchas veces.

La verdad es que estoy enamorada de John Lennon, nadie lo sabe porque seguramente se burlarían. Me gusta su voz, y cuando me enteré que lo mataron a los tenía 40 años, me dio mucha tristeza.

Cuando estoy de vacaciones, escucho en la radio un programa que transmiten en el D.F., de ahí grabo mis cintas, pero odio que las canciones traigan el sello de la estación y que el locutor interrumpa antes de que terminen. Por eso tener los discos me hace muy feliz, los escucho en las tardes y para entender las letras compré unos cancioneros que venden en El Brillantito, todavía no aprendo a tocar las canciones en mi guitarra, pero sí las puedo cantar.

He aprendido muchas palabras y no descanso hasta que pronuncio lo más parecido a las canciones, creo que por eso me va bien en inglés; cuando me preguntan si estudio en casa, les contesto que no, que sólo escucho música de los Beatles, pero antes de que termine de contarles quiénes son, ya no me están poniendo atención. En fin, le voy a subir más el volumen.

It won’t be long ‘til I belong to you.

Tengo 13 años y aún no sé que la música de los Beatles me acompañará el resto de mi vida; tampoco sé que tendré completa la colección de discos, que me inclinaré a seguir la carrera de Lennon y luego la de McCartney, un poco menos la de Harrison y nada la de Starr; no hay manera de que imagine que por escucharlos conoceré a mi novio de prepa y mucho menos que en la universidad tendré un programa de radio para hablar de ellos y programar su música; aún no puedo ni soñar que Paul y Ringo vendrán a México y que iré a sus conciertos; tampoco creería que llegará el día en que tenga un trabajo en medios y estaré al frente de otro programa de radio.

Es 1998 y no sé que en pocos años todas las canciones de los Beatles y de cada uno por separado estarán disponibles en YouTube y Spotify y que no tendré que grabar cintas nunca más; que en Internet encontraré lo que quiera de su historia, que mis cancioneros y posters pasarán a ser basura, que dejaré de escuchar La Hora de los Beatles y que llegará un día en que necesite darme un respiro de John, Paul, George y Ringo, pero que en los momentos más tristes pensaré en alguna canción que me haga feliz y escribiré en el buscador las siguientes palabras: It won’t be long.

 

Sobre el autor /

Mujer, pachuqueña, escritora y correctora de estilo. Dibujo feo pero quiero bonito.

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