Robert Johnson: el pacto que persiste en la sombra de la historia

Siempre he tenido una fijación por el ocultismo, lo extraño, el misterio, lo insólito.

A lo largo de mi vida, hasta el sol de hoy, la música y el esoterismo han robado mi atención. Por ello, me brindo a la lectura y análisis y búsqueda de datos insólitos… como en este texto.

Robert Johnson no solo dejó una trayectoria sonora, también dejó en su vida misterios y mitos, que se han proyectado en el espacio tiempo. En el mundo del entretenimiento, existen muchas curiosidades entorno a figuras públicas que alcanzaron la fama, la fortuna y el estrellato masivo.

Espiritismo, pactos con el diablo, la Ouija, mansiones embrujadas y músicos virtuosos de talento desconocido, se ven caminar como espectros en medio de la penumbra del planeta tierra y que, sin duda, nos siguen robando la atención en pleno siglo XXI.

Se acumulan en la memoria colectiva. Muchas veces, más que resolverse, estos misterios se incrementan, se convierten en leyendas urbanas que ocasionan mayor interés por parte de la opinión pública, en muchos sentidos reflexivos.

El pacto en un cruce de caminos

En los recovecos más oscuros de la crónica contemporánea, surge la figura de Robert Johnson, un hombre cuya vida parece haber sido escrita con tinta invisible y sellada con un juramento que, según susurros, trasciende lo meramente humano.

La narrativa que se despliega alrededor de su supuesto “pacto con el demonio” no es mera fantasía sensacionalista; es una trama que se entrelaza con los hilos de la historia, la política y la mitología popular, creando un velo de misterio que invita tanto a la reflexión como al escalofrío.

Si bien la lógica moderna tiende a desestimar tales relatos como simples leyendas urbanas.

Se cuenta que Robert Johnson no destacó en la guitarra durante sus primeros años como músico, lo que lo llevó a retirarse de los escenarios por un tiempo. Al regresar, cerca de un año y medio después, sorprendió a todos con una habilidad extraordinaria que parecía inexplicable para quienes lo habían escuchado antes. Fue entonces cuando comenzó a tejerse la leyenda —alimentada en parte por el propio Johnson— de que había pactado con el diablo en un cruce de caminos, entregando su alma a cambio de convertirse en el más grande guitarrista de blues de todos los tiempos.

La historia nos recuerda que el miedo al desconocido ha sido motor de innumerables pactos oscuros. Desde los alquimistas del Renacimiento, hasta los políticos que negociaron con potencias invisibles durante la Guerra Fría, el ser humano ha buscado atajos hacia el poder, a menudo a un precio impagable.

En este contexto, el caso Johnson se convierte en un espejo donde vemos reflejadas nuestras propias ambiciones desmedidas y nuestra vulnerabilidad ante lo inexplicable.

La prensa tradicional ha tratado el asunto con cautela, citando fuentes oficiales que desmienten cualquier vínculo sobrenatural y catalogan los rumores como “teorías conspirativas”. Sin embargo, la ausencia de pruebas concluyentes solo alimenta el caldo de cultivo del mito.

En el universo de dudas y cuestionamientos al respecto de este tema, la verdadera pregunta ya no es si Robert Johnson firmó o no un contrato con una entidad infernal; es qué tanto estamos dispuestos a sacrificar por trascender nuestras limitaciones, sin cuestionar los costos éticos y espirituales que ello implica.

El misterio que envuelve su supuesto pacto no es solo un relato sensacional; es una advertencia latente sobre los límites que deberíamos trazar antes de negociar con fuerzas que quizás nunca comprendamos por completo.

Sobre Robert Johnson

Robert Johnson fue una figura mítica del blues estadounidense, cuya vida estuvo envuelta en misterio y leyenda.

Nació el 8 de mayo de 1911 en Hazlehurst, Misisipi. Su infancia fue itinerante y difícil, marcada por la pobreza y la ausencia de una figura paterna estable.

Desde joven, Johnson mostró interés por la música, aunque sus primeros intentos con la armónica y la guitarra no fueron muy exitosos.

La leyenda cuenta que, frustrado por su falta de progreso, desapareció por un tiempo y, al regresar, se había convertido en un guitarrista y cantante de blues extraordinario.

Aquí es donde nace la famosa historia del «pacto con el diablo»: se dice que Johnson vendió su alma al diablo en un cruce de caminos (crossroads) para obtener su increíble habilidad musical. Esta leyenda ha perdurado y se ha convertido en una parte inseparable de su legado.

Johnson pasó gran parte de su corta vida viajando por el sur de Estados Unidos, tocando en juke joints, bares y esquinas.

Su estilo era único

Una combinación de voz expresiva, letras introspectivas y una técnica de guitarra innovadora que incluía el uso de bottleneck (slide) y un intrincado fingerpicking. Sus canciones a menudo trataban temas de amor, pérdida, viajes y, por supuesto, el diablo.

Su carrera discográfica fue breve pero impactante. Grabó un total de 29 canciones en dos sesiones de grabación: la primera en San Antonio, Texas, en noviembre de 1936, y la segunda en Dallas, Texas, en junio de 1937.

Estas grabaciones, aunque no tuvieron un éxito masivo en su momento, se convirtieron en la piedra angular del blues y una influencia fundamental para generaciones de músicos.

Trágicamente, la vida de Robert Johnson terminó de forma abrupta y misteriosa. Falleció el 16 de agosto de 1938 en Greenwood, Misisipi, a la edad de 27 años, convirtiéndose así en el primer miembro del célebre y fatídico “Club de los 27”.

La causa exacta de su muerte sigue siendo objeto de especulación, pero la teoría más aceptada es que fue envenenado con whisky adulterado por un marido celoso. Su prematura partida solo añadió más leña al fuego de su leyenda.

Años después de su muerte, su música fue redescubierta y su influencia creció exponencialmente, en especial en los años 60 con el resurgimiento del blues y el rock. Músicos como Eric Clapton, Keith Richards, Bob Dylan y The Rolling Stones han citado a Johnson como una de sus mayores inspiraciones.

Discografía de Robert Johnson

Aunque Robert Johnson grabó 29 canciones, estas fueron lanzadas originalmente como sencillos de 78 RPM. No publicó álbumes en el sentido moderno. Su discografía se ha compilado póstumamente en varias colecciones.

Aquí te presento algo de su material:

Grabaciones Originales (Sencillos de 78 RPM)

Sesiones de San Antonio (Noviembre de 1936)

  • «Terraplane Blues» / «Kind Hearted Woman Blues»
  • «32-20 Blues» / «Last Fair Deal Gone Down»
  • «I Believe I’ll Dust My Broom» / «Dead Shrimp Blues»
  • «Ramblin’ on My Mind» / «When You Got a Good Friend»
  • «Come On in My Kitchen» / «They’re Red Hot»
  • «Cross Road Blues» / «Walking Blues»
  • «Preachin’ Blues (Up Jumped the Devil)» / «If I Had Possession Over Judgment Day»

Sesiones de Dallas (Junio de 1937)

  • «Hellhound on My Trail» / «From Four Till Late»
  • «Maltese Cat Blues» (no publicada en 78 RPM en su momento)
  • «Stones in My Passway» / «I’m a Steady Rollin’ Man»
  • «Little Queen of Spades» / «Drunken Hearted Man»
  • «Me and the Devil Blues» / «Stop Breakin’ Down Blues»
  • «Travelling Riverside Blues» (no publicada en 78 RPM en su momento)
  • «Honeymoon Blues» / «Love in Vain»
  • «Milkcow’s Calf Blues» / «Sweet Home Chicago»
Álbumes Recopilatorios Póstumos Notables:

King of the Delta Blues Singers (1961)

Este álbum de Columbia Records fue fundamental para la resurrección de la música de Johnson. Introdujo su obra a una nueva generación de oyentes y músicos de rock y blues. Contiene 16 de sus grabaciones.

King of the Delta Blues Singers, Vol. II (1970)

Continuación del anterior, que presentó más de sus grabaciones a un público más amplio.

The Complete Recordings (1990)

Esta caja de dos CD es considerada la edición definitiva de la obra de Robert Johnson. Incluye las 29 grabaciones conocidas, además de tomas alternativas, y ganó un premio Grammy. Es la colección más completa y recomendada para quienes desean explorar su música.

Centennial Collection (2011)

Lanzado para conmemorar el centenario de su nacimiento, este set incluye las grabaciones remasterizadas y un libro con información detallada.

La música de Robert Johnson sigue siendo una fuente de inspiración y estudio.

Su legado es un testimonio del poder duradero del blues y de la capacidad de un artista para trascender su tiempo y convertirse en una leyenda.

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