El lado obscuro sigue brillando; crónica de The Dark Side of the Moon
Cuando tenía seis años, me preguntaba por qué la luna nos perseguía en nuestro regreso a casa. ¿Acaso seguía cada uno de nuestros pasos para asegurar que llegáramos con bien?
— Pero, entonces ¿A dónde se va cuando es de día? ¿Quién se asegura que estamos bien? — pregunté a mi papá, mientras apretaba el botón número 3 de la consola del auto.
— Tú no lo ves, pero mientras es de día, la luna nos muestra su lado obscuro.
Al momento no entendí lo que mi papá quiso decir, pero inmediatamente la radio expulsó un sonido de múltiples latidos de corazón acompañado de monedas y un papel rompiéndose.
— I’ve always been mad— exclamó un hombre seguido de una risa y una locomotora acercándose junto con un graznido en el fondo de la bocina derecha, creando una atmósfera envolvente. El sonido viajaba de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, pensaba que estaba enloqueciendo, aunque solamente era la manera en la que el disco estaba mezclado.
—Esto es lo que nos muestra el lado obscuro de la luna— dijo mi papá aumentando el volumen del estéreo.
The Dark Side of the Moon fue publicado en 1973 por la agrupación británica Pink Floyd bajo el sello de Harvest Records en Reino Unido y Capitol Records en Estados Unidos. Con tan solo diez canciones y 42 minutos de material, The Dark Side of the Moon es un viaje al espacio. Con miles de reproducciones en plataformas, el Dark se ha convertido en uno de los discos más emblemáticos, no sólo de la banda, sino del rock.
El icónico álbum de Pink Floyd, es una obra maestra que ha cautivado a generaciones de músicos y oyentes. En esta columna, exploraremos las canciones que componen este álbum y descubriremos los secretos detrás de su éxito de una manera particular.
El inicio del lado obscuro
Al llegar a casa, busqué una respuesta a todas mis intrigas, a mis dudas que brotaban de mi cabeza. Quería contestarlas todas, porque aquel álbum había inquietado mis sentidos.
Busqué en la computadora, tecleé ‘The Dar Said of the Mon’ e inmediatamente apareció el logo del triángulo brotando de sus lados los distintos colores a causa de la refracción siguiendo la segunda ley de Newton.
El responsable de esta portada fue el grupo de diseño gráfico Hipgnosis, encabezado por Storm Thorgerson, amigo del grupo y diseñador de portadas distinguidas de agrupaciones como Black Sabbath, Genesis y discos como A Momentary Lapse of Reason.

Portada del disco A Momentary Lapse of Reason, creada por Hipgnosis
Sentí familiaridad al escucharlo nuevamente. «Speak to Me», acreditada en su totalidad al baterista del grupo Nick Mason, es la canción que da el primer paso al álbum. Ambientada con múltiples voces de personas, a quienes el mismo grupo encontraba en Abbey Road mientras grababan el disco. Los diálogos que se escuchan en las grabaciones son respuestas a preguntas que los integrantes les hacían.
El álbum está pensando en ser continuo, es decir, sin pausa alguna. El joven ingeniero técnico Alan Parsons fue uniendo las cintas y construyendo un cross fade entre cada melodía. La agrupación seguiría este mismo aspecto en álbumes posteriores.
Las canciones hablan sobre distintos temas sociales y etapas del ser humano; temas que le preocupaban a un joven de 30 años llamado Roger Waters, bajista de la banda.
Las melodías fueron escritas en su mayoría Waters, durante un episodio de depresión. Por su parte, la voz principal fue hecha por el guitarrista de la banda, David Gilmour.
El tiempo se va en un respiro: «Breathe», «On the Run», «Time»
Como una bocanada de aire fresco, se hace presente «Breathe», canción que le da continuación a «Speak to Me». Al comenzar el proyecto, la titularon «Eclipse». Esta segunda canción es la muestra de lo que el grupo estaba cocinando en las grabaciones de Meddle.
Los integrantes, en el documental de 2003 The Making of The Dark Side of the Moon, mencionan que esta fue unas de las primeras canciones que comenzaron a construir. En el documental Live at Pompeii, se puede visualizar a los integrantes realizando tomas y experimentando con múltiples instrumentos en los estudios de Abbey Road. La versión remasterizada en 4K de este emblemático concierto, llegará a cines y pantallas IMAX el 24 de abril de 2025.
Cada canción fue pensada de manera de individual y no como un conjunto.
La inmediatez en la cotidianidad se convierte en una asfixia continúa. Vivimos tan rápido que a veces no nos damos tiempo de ver qué es lo que sucede a nuestro alrededor. «On the Run», fue grabada con sintetizadores y el sonido de un órgano Hammond B3 a una alta velocidad, dando vida a una melodía que expresa la rapidez del momento y también el tiempo que pasamos en el transporte público.
La canción crea una sensación de urgencia y ansiedad, reflejando la presión y el estrés de la vida moderna. La explosión del final, se grabó en la gira que la agrupación hizo por Estados Unidos el 17 de marzo de 1973. El plato fuerte de esa actuación fue el lanzamiento de un avión al final del Radio City Music Hall, sonido que utilizarían para esta canción.
Cuando menos me di cuenta, el tiempo ya había transcurrido. Para entonces, ya no creía que la luna me seguía, tan sólo que estaba ahí para alumbrar el camino a casa y ser eclipsada de vez en cuando. Es increíble la manera en la que cambian las perspectivas de las cosas cuando tienes quince años. Tic- Tac, Tic- Tac fue lo que llenó mis audífonos del iPod.
Me espantaron por un segundo mientras hacía mi tarea de matemáticas, aunque el susto bajó una vez que los latidos del corazón de la grabación se sintonizaron con los míos. La primera vez que escuché esta canción, no entendía la importancia del tiempo. Era joven,»la vida es larga y no hay tiempo que matar hoy». No había nada de qué preocuparme, solamente del examen del día siguiente.
—»No one told you when to run, you missed the starting gun» — La voz de Gilmour marcó la pauta de lo sucedería en unos instantes.
Dejé el lápiz a un lado del cuaderno y me preparé para lo que venía. Sabía que estaba por escuchar uno de los requintos más icónicos de su discografía. Mi papá me había contado que cuando vino Pink Floyd a México y tocaron «Time»; un chico justo frente a él entró en euforia mientras la guitarra de Gilmour expulsaba el requinto. Ahora entendía la emoción y la sensación; era una de las partes más estremecedoras del disco y de la vida.
«Time» es una de las canciones más reconocidas del álbum, no solamente por la letra, sino por el tan emblemático requinto de Gilmour.
La canción habla de la vida y el tiempo que transcurre a lo largo de ésta. Sin embargo, musicalmente hablando, creo que es una canción que te paraliza por la construcción de los instrumentos y lo bien que compaginan las voces de Gilmour y Rick Wright.
La primera parte del álbum culmina con «Time», pero la apertura del lado B seguiría la genialidad que representa y asentó al disco durante 937 semanas en las listas de popularidad.
Un canto celestial en las auras del dinero: «The Great Gig in the Sky» , «Money», «Us and Them»
El lado B del disco abre con «The Great Gig in the Sky», melodía escrita en su totalidad por el tecladista Richard Wright. Se llamaría originalmente ‘Ecclesiastes’ por los versículos de la biblia que fueron citados en las presentaciones en vivo; sin embargo, el nombre fue cambiado en la inclusión del disco. Enfatizada por la voz poderosa de Clare Torry, la canción es un tributo a la vida y a la muerte, y su belleza y simplicidad la convierten en una de las más queridas del álbum.
El instrumental final ‘The Great Gin in the Sky’ da paso a una de las primeras canciones en grabarse. Con sonidos experimentales incluidos como cajas registradoras, monedas y el rompimiento de un papel en loop, construyeron «Money», una de las canciones más reproducidas del álbum en la radio ya que, junto con ‘Us and Them’, fueron canciones tomadas como singles.
«Money» es una burla hacia la obsesión por el dinero, el poder y la sociedad capitalista y consumista, no solamente de la década de los setenta, sino también de hoy en día.
—Us And Them… And after all we´re only ordinary man —el ritmo eufórico poco a poco fue bajando de tono, escuché un saxofón melancólico que cambió el ritmo de lo que veníamos escuchando.
Las clases sociales era un tema recurrente las composiciones de Roger Waters a partir de la salida del fundador del grupo, Syd Barrett.
Por su parte, «Us and Them» es una de las canciones más complejas del álbum y también fue de las primeras canciones en grabarse, junto con «Money». La primera vez que la escuché no entendí el tema, únicamente me agradó, sobre todo el saxofón. Pero conforme fui creciendo, la fui queriendo cada vez más, aunque siempre me quedaba un vacío por ver la diferencia que la sociedad hace entre clases; como se engrandece a personas mientras se demerita a otras por factores que parecen importantes, pero que al final terminan siendo títulos que solamente envejecen y se vuelven obsoletos.
En los conciertos, pone la piel de gallina y llega hasta la medula. Desde que tengo memoria, colocan el mismo audiovisual (con algunas variaciones). Es curioso, porque a pesar de ser una melodía de hace 51 años, aún está vigente.
Los colores del eclipse: «Any Colour You Like», «Brain Damage», «Eclipse»
El análisis social se une con la explosión de colores y la textura del sonido. «Any Colour You Like» es un tema instrumental que muestra la habilidad musical de la banda. Llegamos a este punto en el que el análisis y corte social termina para comenzar con los colores y la locura del ser humano.
«Any Colour» ofrece un viaje psicodélico, abre nuevos mundos para llevarte por el debraye de la imaginación mediante un daño cerebral. Personalmente, es una de las canciones que más me gusta del lado B; aunque también, cuando llego a este punto del disco, es una señal de que estoy cerca del final.
«Brain Damage», es la penúltima canción del Dark. Hace alusión a Syd Barrett, quien abandonó la agrupación a finales de los sesenta a causa de la nula posibilidad de presentarse en los escenarios por su adicción a los alucinógenos.
Las risas que se escuchan al final de la melodía son de su road manager, Peter Watts, que aparecieron a partir de las preguntas que la banda le realizó mientras planificaban y grababan este disco.
Distintas celebridades fueron entrevistadas, entre ellos Paul y Linda McCartney, no obstante, sus respuestas no aparecieron en las grabaciones.
—I think it’s nice — el ritmo de la batería llama mi atención y dejo un momento lo que estoy haciendo. Mantengo mi mirada en un sólo punto; muevo los pies y quito el documento en el que estoy trabajando para disfrutar este momento final.
No hay forma más épica de cerrar el álbum que con «Eclipse». Desde la instrumentación y el poderoso acompañamiento vocal de la cantante, hasta la forma reiterativa en la que la voz de Gilmour te enuncia todo aquello que te gusta; lo que te importa y lo que te destruye; todo lo que está en tu entorno y que puede terminar en cualquier momento.
Ese final tiene una duración de 2 minutos con 10 segundos, pero puedo decir que es uno de los que más quiero y deseo escuchar. The Dark Side of The Moon, el Dark… siempre te querremos, aunque llegues a tu fin en un santiamén.
—And everything under the sun is in tune, but the sun is eclipsed by the moon — después de un par de repeticiones de las últimas estrofas, entré en shock porque la obra, a pesar de haberla escuchado durante muchos años, trajo de vuelta el sentimiento de impresión y melancolía que persistía después de la primera vez que escuché el Dark.
En el documental del disco, Roger Waters comentó que la primera vez que su esposa de aquel entonces, escuchó el disco, había llorado. Ahora lo entendía… es una obra maestra que jóvenes en sus veintes crearon y aumentaron las expectativas, y las formas de creación del rock psicodélico.
«¿Sabes? Cuando haz hecho algo, ciertamente, si has creado una pieza musical, lo oyes con oídos nuevos cuando se la pones a otra persona. Y en ese punto pensé ¡Guau!, esto es un trabajo bastante completo», y tuve confianza en que la gente respondería.» Roger Waters
En su época de lanzamiento, la crítica tuvo dos vertientes: lo amaban o bien pensaban que el disco era una mezcla de experimentos que los confundía por los múltiples sonidos que tenía el disco. No obstante, marcó muchos nuevos parámetros; sus canciones han sido utilizado para soundtracks, un ejemplo es Dune II; y está la posibilidad de sincronizar el álbum con El Mago de Oz.
Sin duda, es un gran disco, tanto musical como líricamente hablando.
—Pa —mi papá volteó a verme mientras íbamos en su Volkswagen blanco, mismo que conserva desde que yo era niña y en el que seguimos escuchando música a un volumen alto hasta quedarnos sordos. —Entonces ¿crees que el Dark sea uno de sus mejores discos?
—Sí, lo es ¿tú cuál crees que sea?— me dio un beso en la mejilla y bajé del auto para emprender el viaje hacia mi trabajo.
Al subir a la combi me puse mis audífonos y di play al disco que me acompañaría en el camino a la oficina. 42 minutos y 59 segundos de un viaje en el tiempo y el espacio.
Ahora solamente veo el rayo de luz que se asoma por la ventana del comedor de la oficina y suspiro, porque pienso en todo el tiempo que ha pasado desde la primera vez que lo escuché.
He sentido una emoción desde que la idea de escribir acerca de uno de los discos más queridos por mí llegó a mi mente mientras iba camino al trabajo.
Tengo 25 años y no puedo dejar de pensar que a pesar de que pasen los años, el tiempo y el planeta siga girando, este será uno de los álbumes que te dejará un vacío cada vez que los escuches, y a su vez, te hará preguntarte por qué una genialidad así, dura tan poco.