Vamo a ver al espacio exterior por si encontramos buena música rock”

Las Ultrasónicas/El espacio exterior

 

¿Ustedes se han levantado, un día cualquiera, sintiendo que quisieran simplemente actuar sin límite alguno, es decir, sin ninguna categoría cultural previamente establecida? ¿Imaginan hacer cosas “súper locas” que al final terminan quedándose en una risa nomas? Quizá es así como surge esta búsqueda, inconsciente o consciente, por destruir al establishment, y que da pie a la existencia de personas creativas que hablan, escriben, leen, intervienen; que cantan, bailan, y se revelan para construir otra historia de lo que es la cultura. Y su fuerza es tan grande que llegan a opacar a la cultura dominante del momento.

Las ideologías y los paradigmas son un fenómeno cultural atravesado por las contradicciones y el desconcierto que vive la sociedad en esta era del desorden. Fueron las y los jóvenes que desde los años 60 formaron parte de los movimientos contra una ola social instituyente, una alargada crisis que, a falta de salidas constructivas, eleva la decadencia al rango de virtud.

Atuendos estrafalarios, bailes y música que los identifican; repudian al sistema porque éste a su vez los rechaza: la contracultura en México es arrebatadora, profunda y atrevida para la realidad mexicana. Hoy, quiero hablar sobre una icónica banda musical que dio paso a la escena contracultural de mujeres en México a principios de los años 90: Las Ultrasónicas.

Ultras por los Ultrafive y Sónicas por The Sonics; de ambas agrupaciones hacían covers en sus primeras tocadas: fiestas, bodegas y bares. Jenny Bombo (batería y voz), la finada Tere Farfissa (tecladista), Jessy Bulbo (bajo y voz), Susy Vox (voz), Ali Gua Gua (guitarra y voz), Eddie Micro (voz) y Roxxy Glam (bajo) fueron las que dieron vida en el antiguo Distrito Federal a un proyecto revolucionario para la época (1996), una banda de mujeres de garage rock punk influenciadas por el feminismo y el movimiento Riot Grrrl.

Estaba viendo el documental Todos están muriendo aquí dirigido por Ali Gardoki aka Ali Gua Gua, una de las Ultras. Habla sobre la historia de la primera alineación de la banda, y es chistoso y a la vez regurgítate, saber que a ellas como a mí y a muchos nos pasó. Tener que trabajar en lugares que no nos gustan, que no son lo nuestro, que son todo lo contrario a nosotros y solo por la única razón de sobrevivencia. Porque aquí, tener talento portentoso no es suficiente para muchos, a veces hay que vivir una vida doble para llegar a lo que uno desea y necesita.

Ellas lo lograron. El éxito y la fama en la escena independiente. Empezando de manera rudimentaria en sus ensayos y en sus primeras grabaciones; con atuendo de disfraces, colores psicodélicos, lencería y tacones altos, lograron presentarse en el legendario Multiforo Cultural Alicia, en el Tianguis Cultural el Chopo, en tocadas en Ciudad Universitaria y en el Monumento a la Revolución, en el festival Vive Latino edición 2003 y, en festivales de Sudamérica y Norteamérica.

Las Ultrasónicas serán recordadas por mucho tiempo, con ese ambiente subterráneo en donde el rock, el garage, el surf y el punk hacían sonidos estridentes creando toquines frenéticos con letras disruptivas, explícitas, subversivas, enarbolando la crítica contra el machismo desde una perspectiva urbana, rompiendo los estigmas y los roles de género.

Hace un par de semanas vi como por quinta vez la película mexicana Perfume de Violetas, dirigida por Maryse Sistach. Una de las canciones que forman parte de su soundtrack es la distintiva canción «Monstruo verde», la cual está en el primer álbum de las Ultras titulado Yo fuí una adolescente terrosatánica. Quizá es la rola más conocida por su pegajoso ritmo y por la difusión de la película.

Cabe mencionar que también participaron con la canción «Camel de Sevilla» para la película Matando Cabos dirigida por Alejandro Lozano y con «Nada me pone» para la película 1973 (antes La región de las sombras) del año 2006.

Como otras artistas, vivieron actitudes machistas, discriminatorias, de censura y descrédito. Para ellas, emerger en una época en donde la gente estaba acostumbrada a aplaudir solo a hombres, fue difícil ganar espacio y respeto.

Con el tiempo, influenciaron  a otras bandas como Ruido Rosa, Descartes a Kant y Le Butcherettes.

Canciones como: «Monstruo verde», «Vente en mi boca» (extraída de la banda The Headcoattes y su rola «Come into my mouth»), «¡Qué grosero!», «El rock de la pájara Peggy», «Vaquerita galáctica», «No quiero un novio» y «Necesito acción», entre otras, quedarán en la historia de la escena femenina underground en México.

Antes de poner el punto final, hago una mención de respeto para Tere Farfissa, quien fue la fundadora de Las Ultrasónicas e integrante de Los Mustang 66, pionera del punk garage y promotora de la escena contracultural en México junto a su esposo Ernesto Fuzz. El pasado 4 de noviembre de 2020 se despidió de este mundo terrenal tras su lucha contra el cáncer. Y a pesar de que dejó a Las Ultrasónicas al poco tiempo por algunos desacuerdos, fue ella una pieza fundamental para el éxito obtenido. Su legado permanece. Descanse en paz.

Una eclosión cultural, frenética, desfachatada y transgresora son para mí Las Ultrasónicas. Nunca tuve la oportunidad de verlas, pero sin duda me hubiera gustado sentir la experiencia destructiva en la pista de baile.

¡Qué viva el punk!

Yo fui una adolescente terrosatánica (1999)

¡Oh si más, más! (2002)

Corazón rocker (2007)

 

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