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Viola Clara Smith nació casi con el siglo XX, un 29 de noviembre de 1912 en Mount Calvary, Wisconsin en el seno de una familia muy unida y profundamente católica.

Decir que la vida de Viola fue fascinante, es decir poco. Sus padres tuvieron ocho hijas y dos hijos y cada uno de  ellos tocaban el piano a instancias de su padre. Al tener hijas en mayoría, su padre decidió fundar una orquesta femenina, la Schmitz Sisters Family Orchestra. Mr. Smith asignó a cada una de sus hijas un instrumento pero les faltaba una batería, la elegida, por supuesto, fue la sexta de ellas: Viola.

En un inicio no contó con educación formal para tocar la batería, pero un primo le enseñó durante sus primeros años. Su infancia y adolescencia estuvo dedicada a practicar el instrumento, debía tocar el piano al menos dos horas al día y después la batería, con la que inició a los 12 años y de manera profesional a los 18. Ella hacía hincapié en que tanto ella como sus hermanas debían cumplir con los deberes escolares, pero no debían hacer ninguna labor extra en el hogar, sólo ensayar entre semana y hacer presentaciones sábados y domingos.

Fui muy afortunada, al ser la sexta de las chicas, me colocaron en la orquesta familiar ¡siendo la baterista! Eso fue un descanso para mí, porque de no ser así, me hubiera tocado la trompeta o el trombón, ¿puedes imaginarlo?

Las hermanas fueron haciéndose un lugar dentro de la música, primero en fiestas locales y bodas y después  en los circuitos culturales de Wisconsin. El talento de las chicas llamó la atención de personajes importantes dentro de la industria musical, hasta que su fama les valió un contrato de la compañía cinematográfica RKO Radio-Keith-Orpehum, una de las compañías más exitosas de Hollywood, para musicalizar películas silentes y también en funciones de teatro de variedades y burlesque conocido como vodevil.

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Schmitz Sisters Orchestra, 1936.

 

El inicio de la leyenda.

Mucho antes de que los realities de talentos como America’s got talent o The voice fueran siquiera imaginados, en la década de 1930 existía un programa radiofónico que hacía las veces de buscador de talentos: The major bowes amateur hour que era transmitido en esa época en la CBS Radio Network y donde Viola Smith se presentó en 1938 con el mote de “la baterista más rápida del mundo”. La sensación que causó la velocidad, precisión y belleza de la música de Viola le ganó una popularidad inusitada que aprovechó junto con su hermana, la saxofonista Mildred Bartash (apellido que adoptó al casarse) para formar una banda femenina de swing: The coquettes.

Si bien la idea era que Viola fuera la líder de la banda, su posición en la batería impedía que pudiera dirigirla desde ahí, así que la vocalista Frances Carroll tomó las riendas y empezaron a ser conocidas como Frances Carroll&The Coquettes y fueron posicionándose como la banda principal en espectáculos de centros nocturnos e incluso fueron portada de la revista The Billboard.

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Revista Billboard, Febrero 1940.

 

A pesar del éxito, la banda se separó en 1942, cuando Mildred se casó. Contrario a lo que podríamos pensar, la separación de la banda no significó de ninguna manera tristeza o decepción en Viola, sino por el contrario, se sintió aliviada. Tal como ella lo dijo

Sentí que mi vida realmente empezaba, por fin podía mudarme a Nueva York

Cuando Viola se mudó a Nueva York, estaba cerca de sus 30 años. De inmediato fue aceptada y becada para un verano en el conservatorio de  Juilliard donde fue alumna del prestigioso baterista y percusionista Billy Gladstone quien influyó decisivamente en su forma de tocar la batería, pues él desarrolló la famosa “técnica Gladstone”, una novedosa forma de controlar el rebote de las baquetas y que ayudó a mejorar la rapidez de la  experimentada baterista.

A pesar de que el talento de Viola le valió el reconocimiento y la inclusión en diversos proyectos, éstos eran siempre en bandas femeninas, es decir, las chicas no eran llamadas a cubrir las posiciones de los músicos que debían  ir al frente de guerra, sin importar cuán talentosas eran. Viola no tardó en mostrar su inconformidad públicamente.

«Think it over, boys»

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1942 fue el año lleno de cambios para Viola y para todo el mundo. Mientras para ella fue el año donde su banda se separó, se mudó a Nueva York y fue becada en Juilliard, Estados Unidos se encontraba en plena participación en la Segunda Guerra Mundial. Las mujeres volvieron a ser requeridas en trabajos que normalmente eran considerados para hombres, como en fábricas, escuelas y hospitales, pero curiosamente, no había ningún cambio sustancial en cuanto a su inclusión en el mundo musical.

La misma Viola relata que cuando quiso empezar a trabajar tocando en los centros nocturnos en Nueva York, el gerente de un bar situado en la calle 156th la hizo pedirle permiso a los hombres de la banda para poder tocar con ellos, afortunadamente, quien la recibió fue Gladstone, quien ofreció enseñarle algunos trucos para mejorar su técnica, sin embargo, ella siempre se sintió muy segura de su maestría al tocar.

There’s nothig shy about me

Ante el panorama que veía en su propia historia y sus compañeras, Viola buscó la forma de levantar la voz y escribió un artículo impactante en la revista especializada en jazz Down Beat, titulado “Give girl musicians a break!”.

En el artículo puede leerse a una mujer consternada por la poca atención prestada a las mujeres en la música en una escena donde, debido a la Segunda Guerra Mundial, éstas habían tomado mayor importancia y notoriedad.

¿Por qué no dejar a las chicas tocar en las bandas renombradas? En estos tiempos de emergencia nacional, muchos de los grandes instrumentalistas de las grandes bandas han sido reclutados. En lugar de reemplazarlos con talentos mediocres, ¿por qué no dejar a algunas de las chicas músicas del país tomar sus lugares? Personalmente conozco al menos una docena de chicas que están calificadas para tomar un lugar en cualquier banda de baile destacada que pueda nombrarse […] Las chicas trabajan junto a los hombres en las fábricas, en las oficinas y en casi todos los oficios que puedas nombrar, ¿por qué no en las bandas de baile?

Nosotras tenemos tanta resistencia como los hombres. Hay muchas chicas trompetistas, saxofonistas y bateristas que pueden aguantar la rutina de largos viajes y demandantes presentaciones de una noche. Las chicas de hoy no son criaturas indefensas de la generación anterior. Además, hay muchas chicas que tienen tanta maestría en sus instrumentos como los músicos hombres. Pueden improvisar; sus solos están bien definidos, te invitan a pensar y muestran imaginación ilimitada. La idea de que chicas puedan tocar legítimamente, es sólo un mito ahora. Hay muchas ‘hep girls’ que pueden sentarse en una sesión de improvisación y sostenerla por sí mismas.

[…] Es el tiempo de que todas las chicas músicas busquen ser reconocidas. Todos los prominentes líderes de bandas están preocupándose mientras un compañero tras otro es llamado a filas sin reemplazos a la vista. Los líderes están buscando hombres de derecha a izquierda. Yo pienso que están pasando de largo un campo muy fértil de mujeres músicas que están disponibles. ¡Y también pienso en toda la espectacularidad que proveería la presencia del bello sexo en una banda!

Piénsenlo, chicos

Sus declaraciones fueron muy impactantes por su contundencia y, a lo largo del tiempo, se ha considerado un mensaje de suma importancia hacia una sociedad que no estaba preparada para que las mujeres tomaran el lugar que les pertenecía en una escena musical cooptada por hombres en su mayoría.

«America’s fastest girl drummer»

Durante su paso por Juilliard, el talento de Viola no pasó desapercibido y, tras ese verano, fue reclutada por el prestigioso músico ucraniano Phil Spitalny para formar parte de su orquesta femenina: Hour of Charm Orchestra, considerada la primer Big Band completamente femenina que constaba de 32 miembros, pero la batería inconfundible de Viola, brilló como siempre con sus dos tom-toms a la altura de los hombros, sello del que se mostró orgullosa hasta el final de sus días, pues no logró ser replicada su técnica, nunca.

Mientras formaba parte de esta banda, tocó en innumerables recintos e importantes eventos entre los cuales se destaca la toma de posesión de Harry Truman en 1949. Durante esos años, también fue miembro de la National Symphony Orchestra y con ellos participó en las bandas sonoras de When Johnny comes marching home (1942) con las canciones «The yanks are coming»  y «We must be vigilant»; asimismo, colaboró en el soundtrack de la película Here come the co-eds (1945) (ambos filmes claramente propagandísticos respecto al ejército americano, por cierto).

De cierta manera, después de la Hour of Charm Orchestra, Viola regresó a sus inicios formando otra banda femenina llamada Viola and Her Seventeen Drums hasta 1966, cuando pasó a las filas de la Kit Kat Band, con quienes musicalizó una de las más importantes puestas en escena: Cabaret donde llegó a tener incluso cinco presentaciones por día, siete días a la semana, dos meses por temporada. Lo que para algunos significaría un duro trabajo, para Viola eran momentos gozosos donde conoció a muchos de los artistas más importantes en Hollywood que podían verla y escucharla.

En la misma época de Cabaret, su padre y su prometido murieron, y Viola pudo haber pretextado su luto para abandonar su puesto, sin embargo, cumplió. En una entrevista, recordó aquella noche donde se quedó mirando al vacío y olvidó su solo de batería, hasta que alguien la agitó “Viola, Viola, tu solo”, ella se recompuso y tocó igual que cada noche.

El “retiro”.

Viola decidió retirarse a finales de los años 70 y se mudó a Costa Mesa, California, sin embargo, nunca dejó realmente de tocar la batería. Una vez instalada en California, se unió a una banda llamada Forever Young Band, que tenían como mote “La banda de profesionales más viejos de América”.

En una de sus últimas entrevistas, con 100 años cumplidos, Viola aún tocaba la batería, siempre sonriente, siempre lúcida. Nunca se casó ni tuvo hijos, su felicidad estaba claramente en otro lugar, uno lleno de vino, de música, de vida. En la entrevista concedida a Tom Tom Magazine, Viola cuenta cómo fue su primer contacto con internet, al que nunca había tenido acceso hasta su cumpleaños 100 en 2012 cuando supo que había páginas dedicadas a ella: “Fue una gran sorpresa, realmente fantástica, estuve muy agradecida y lo acepté”, dijo entre risas.

Viola se mantuvo siempre fiel a su creencia sobre el vino, tomaba una o a veces dos copas o al día, afirmaba que el tinto era mejor que el blanco. Viniendo de la mujer que llegó a los 107 años, es un consejo que deberíamos tener todos en consideración.100-year-woman-drummer-viola-smith-5c6aa7bf90e02__700.jpg

Tuve una vida realmente fácil, realmente encantadora. A menos que le llamen trabajar a tocar la batería, porque entonces, sí trabajé duro en mi vida.

Viola Smith falleció el pasado 26 de octubre, un mes y tres días antes de cumplir los 108 años en su casa de Costa Mesa, debido a complicaciones del Alzheimer. Sin embargo, su legado y el camino que abrió a otras mujeres, permanecerá intacto hasta el fin de los tiempos.

Rest in music.

 

Fuentes:

  • «Viola Smith: America’s Original Hep Girl on Tom Tom TV», en Tom Tom Magazine, Youtube, 2013. Disponible aquí
  • «Viola Smith for the Women of Rock Oral History Project», en Women on Rock OHP, 2018.
  • Yellin, Emily, American Women at Home and at the Front During World War II, Free press, New York, 2004.
  • Bernstein, Adam, «Viola Smith, swing era’s ‘fastest girl drummer in the world,’ dies at 107», The Washington Post, 23 octubre 2020.

Sobre el autor /

Cuenta-cuentos de historia, música y cine. Apago fuegos con gasolina.

2 comentarios

  • Jorge Castillo Martínez
    3 años ago Reply

    Qué interesante. Excelente. Gracias.

    • Diana Pastén
      3 años ago Reply

      ¡Muchas gracias por leerme! Saludos 🙂

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